Se ha producido la primera riña en el campo de concentración de emigrantes, ese lugar abominable. Era lógico. Ya advertí que las condiciones meteorológicas del campamento son inaguantables para gente acostumbrada a vivir todo el año bajo el sol. Tampoco es lógico que alojen a los emigrantes en hoteles, porque no vas a premiar su estancia ilegal. Es normal que se les acomode en lugares dignos, hasta una pronta repatriación. Si quieren venir a España para quedarse, que pidan un visado. Si España necesita mano de obra, que conceda visados. Pero la ley es la ley. Apoyo acciones humanitarias temporales, pero ¿ustedes creen que es una acción humanitaria la reclusión de esta pobre gente en un cuartel, sin las mínimas condiciones de habitabilidad y en medio de un frío que pela? Al ministro del Interior le queda muy ancho el cargo. Marlaska es un miedoso mandado de Sánchez. Canarias sigue siendo para los godos una colonia y los políticos canarios al servicio del Estado son, por lo general, unos colaboracionistas, sin más. Hace falta que el Gobierno de Canarias se ponga en su sitio y ponga en su sitio a Madrid. He hablado del presidente Torres con admiración en algunos artículos. Me parece un buen hombre, lleno de sentido común. Pero que no se equivoque con Madrid, que generalmente quiere jodernos. Y que no se deje engañar por los colaboracionistas, colocados a dedo en puestos estatales en las Islas. Canarias no es un campo de concentración; aquí el que llega ilegalmente debe salir, porque no hay sitio para todos y mucho menos comida para todos. Mientras las Islas se arruina y sus habitantes pasan hambre, la inmigración ilegal las colapsan. No se puede tolerar. Que Madrid se busque la vida. Y, si no, existen otros caminos de presión al Estado, como los que usa Cataluña, que a mí personalmente no me gustan, pero…
Publicado en Diario de Avisos