En España casi todo está caducado, hasta los cascos de la Guardia Civil. Un sindicato denuncia a Marlaska, ministro él, porque las cabezas de los agentes de la Benemérita no están seguras con esas viejas protecciones. Le digo yo a usted, guardia. España se nos parte en trocitos y ni siquiera la Meretérita -que diría el gran Chiquito- tiene su material en regla, a juzgar por lo que dicen, que yo no lo he probado, ni me gustaría, oiga usted. Mientras eso pasa, leo en no sé dónde que es mucha casualidad que cuatro medios importantes USA hayan cortado al mismo tiempo el discurso tonto de Trump, tras perder y no reconocer la victoria del otro. Aluden a fuerzas ocultas que manejan el mundo de hoy. Estoy hecho un lío: unos dicen que Trump es una bendición para el populismo; y otros dicen, incluidos políticos de altos vuelos, que la elección de Biden acabará con los populismos en Europa y en el mundo. Pero yo lo que sé es que la Guardia Civil tiene los cascos caducados y que muchos de ellos son de segunda mano, por lo cual a los agentes se les pegará la caspa de los antiguos propietarios y quién sabe si alguna piojera. Pero, hombre, Marlaska. La Guardia Civil con cascos viejos y Evo Morales otra vez en Bolivia, después de haberse mamado él y su tropa lo que se han mamado. Colonizamos mal, hay pueblos que no escarmientan; por ejemplo, el nuestro. Ya ven que repaso la historia desde un casco caducado de la sufrida Guardia Civil, a la que no sólo se le facilita cascos viejos sino que no se paga a sus agentes lo que les prometieron. España es un país caducado y mentiroso, un gran punto SIGRE como el de las farmacias, un país desvaído que ya no siente respeto ni por la Guardia Civil.
Publicado en Diario de Avisos