jueves. 28.03.2024

Joseph Biden, ¿sospechoso castrochavista?

Joseph Robinette Biden no es otro, es el mismísimo Joe, sí, el presidente de Estados Unidos que en  plena guerra de Ucrania y arremetida de sanciones económicas contra Rusia confirma el inicio de diálogos con Venezuela, principal aliado de los rusos en Latinoamérica, con la idea de comprar petróleo a la nación con mayores reservas probadas del mundo.

Históricamente, USA ha sido un buen comprador de petróleo venezolano, sin embargo,  en 2019, coincidiendo con la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, la USA de Trump redujo significativamente la compra de crudo como parte de la estrategia de desgaste a Maduro amparada en el recrudecimiento de las sanciones económicas y el hostigamiento ideológico, militar y paramilitar de gobiernos derechistas de países como Colombia que comparte doble frontera con Venezuela, por el norte y el este.

Aquel 23 de enero de 2019 Guaidó juró  como presidente ante “Dios todopoderoso” con la bendición inmediata de Trump. USA vio entonces a Rusia como mejor proveedor de petróleo pero ahora ante la guerra de Ucrania y sus intereses económicos y geopolíticos derivados del conflicto cambia de estrategia y deja a los rusos para intentar reconducir relaciones, al menos económicas, con Venezuela, sabiendo que Maduro también pulsará por lo suyo sin renunciar a la fuerte alianza China - Rusia, que le ha salvado los muebles en los peores momentos del bloqueo económico estadounidense.

El presidente Maduro describió de “respetuosa, cordial y muy diplomática” la reunión mantenida estos primeros día de marzo con altos funcionarios del Gobierno de Estados Unidos, mientras que la Cámara Petrolera de Venezuela, la organización empresarial venezolana que agrupa y representa al sector productivo privado nacional de los hidrocarburos, ya aseguró que estaba en capacidad de aumentar su producción para satisfacer la demanda rusa.

La economía de mercado vuelve a dictar sentencia, estoy convencido que será la que acabe la guerra porque nadie resistirá indefinidamente el golpe de la subida de precios y el desabastecimiento de productos que ya notamos a nivel mundial, y los hipócritas volverán a enterrar la cabeza como el avestruz, y es que “el olvido está lleno de memoria”, como tituló el maestro  Mario Benedetti uno de sus magistrales libros de poemas.

En España tenemos expertos en clases de amnesia. No han sido pocas las veces que la derecha y la derecha ultra utilizan el término ‘castrochavista’ para atacar cualquier relación económica  o política con otros países de gobiernos de izquierda, incluso, la derecha que dice ser moderada y los centristas también recurren al lugar común de “castrochavistas” o “comunistas” disparando a fuerzas políticas contrarias a sus doctrinas.  ¿Tendrán ahora los santos cojones de tachar de castrochavista a Biden y USA?

Siguiendo con las clases de amnesia, cabe recordar que la Unión Europea, en enero de 2021, quitó el reconocimiento a Guaidó como presidente interino de Venezuela; lo hizo con la boca pequeña, claro, si un par de años antes le había dado ese estatus con el liderazgo de España presidido por el Gobierno de izquierda de Pedro Sánchez, que hasta ultimátum de ocho días dio a Maduro para la convocatoria de elecciones.

Cómo se le habrá quedado la carita a la clase política española con los diálogos actuales de USA y Venezuela, parte de la misma que un día después de la autoproclamación de Guaidó fue corriendo al Congreso de los Diputados y el Senado a exigir a España con iniciativas parlamentarias el reconocimiento del “interino” cuanto antes. Pablo Casado, del PP, y Albert Rivera, de Ciudadanos, quisieron sacar partido a la situación con un impulso populista y ambos por otras razones han terminado en el ostracismo como Guaidó.  Casado  defenestrado por sus compis de partido, los mismitos que lo adulaban y posaban orgullosos en fotos con él, y Rivera ido de la política por la sucesión de malos resultados electorales después del boom efectista de la “nueva” política y encima ahora también tocado por su despido de un bufete de abogados que lo echó por improductivo.

“Y todo el mundo jura que no entiende

Por qué sus sueños hoy se vuelven mierda

Y me hablan del pasado en el presente

Culpando a los demás por el problema

De nuestra común hipocresía”

Gracias Rubén Blades por tus verdades escritas en ese poema cantado que es Hipocresía.

Joseph Biden, ¿sospechoso castrochavista?
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