Agentes del Cuerpo Nacional de Policía de la capital tinerfeña detuvieron a un hombre de 47 años, identificado como S.I.V. y de nacionalidad marroquí, por un presunto delito de estafa bancaria en la modalidad del phising.
La actuación policial se inició tras la denuncia presentada por la víctima en el Puesto de la Guardia Civil de El Ebro (Zaragoza), en la que se informaba de una estafa cometida a través de Internet por valor de 1.800 euros, mediante una transferencia bancaria realizada sin el consentimiento del titular.
Las investigaciones permitieron determinar que la persona receptora de esta cantidad residía en Tenerife y, una vez localizada, fue detenida y puesta a disposición de la autoridad judicial competente.
El ‘modus operandi' utilizado, denominado ‘Phising', consiste en la obtención de las claves personales y datos privados de acceso a cuentas bancarias, a través del envío de correos electrónicos que utilizan el mismo lenguaje bancario y simulan la imagen corporativa de la entidad en cuestión.
Estos correos solicitan, con algún pretexto, incluso el de evitar posibles fraudes financieros, que el usuario teclee las claves personales para autentificar sus datos, una operación que deja en manos de los estafadores las claves y les permite operar con total libertad con las cuentas a las que da acceso.
En otras ocasiones, los estafadores incluyen un enlace en el mismo correo electrónico, que los reenvía a una página web con la misma apariencia que la que tendría la página verdadera de la entidad bancaria, con el fin de que el usuario no sospeche ni desconfíe de los servidores del banco. En ésta es donde la víctima introduce las claves, que serán conocidas por los delincuentes.
Con las claves, se realizan transferencias de unos 2.000 euros a través de Internet desde terceros países a otras cuentas, a cuyos titulares captan con mediante el envío de un correo electrónico procedente de una supuesta empresa de transporte o similar. En el correo, escrito en inglés, se ofrece al receptor trabajar para la empresa desde su domicilio y como intermediario.
Para ello, se pide que se aporte una cuenta bancaria a su nombre en la que irá recibiendo las transferencias de clientes de su empresa, que tendrá que retirar en efectivos y enviar vía Western Union a las personas y países que se le irán indicando para cada transferencia. Hasta ahora los casos conocidos se sitúan en países del Este de Europa.
Como beneficio de la operación, el titular de esta cuenta receptora se quedaría con una comisión que ronda entre el seis y ocho por ciento de transferencia recibida, según los casos.
La Policía destaca que con esta modalidad de estafa aproximadamente uno de cada 20 correos engañosos enviados consigue su objetivo.