sábado. 03.05.2025

Fotos: Dory Hernández

Regalos, cenas y comidonas, salidas nocturnas, décimos de lotería... Durante un mes, los lanzaroteños se han dejado una auténtica fortuna. Llega enero y con él los buenos propósitos, el entrenamiento mental para comenzar con el régimen o el gimnasio y una pregunta en el aire: ¿cómo se afronta la cuesta de enero?

Este martes comenzaban las rebajas en toda España y muchos ven en ésta la oportunidad perfecta para hacerse con aquello que necesitan por un precio más razonable. Pero también es cierto que, con el agua al cuello, el doble filo de las ofertas puede ser la gota que colme el vaso y contribuya a que los números rojos de la economía familiar se vuelvan vertiginosos.

Los comercios lo notan

Para algunos establecimientos, las rebajas suponen casi el 27% de las ventas totales. Según los comerciantes, el negocio está en que permiten liquidar la mercancía que no se ha vendido durante la temporada e invertir ese dinero en renovar los productos. Pero este año, la más que habitual imagen del millar de personas esperando ansiosas al pistoletazo de salida de las rebajas para arrasar en las tiendas se ha convertido en una imagen serena y calmada. La calle Real de Arrecife estaba ayer sólo a medio gas y los establecimientos, medio vacíos, son los primeros en acusar el cambio. “La cosa está mucho más cambiada que el año pasado, nosotros incluso hemos contado con casi la mitad de personal porque ya lo veíamos venir después de ver cómo ha ido la cosa durante las navidades”, explicó para Crónicas Carmen, la encargada de una tienda céntrica de modas.

“Acabamos de empezar y hay mucha gente que prefiere esperar porque los descuentos serán mejores en unos días pero si es cierto que la cosa está bastante floja y la gente se está conteniendo más”, apuntó Daida, que trabaja en una zapatería de Arrecife. Otro matiz a tener en cuenta son las devoluciones y los regalos navideños de última hora. “No sé muy bien el motivo pero lo cierto es que durante la mañana de hoy se están produciendo muchas devoluciones de regalos”, explicó Carmen. “Creo que incluso hay personas que aprovechan para cambiar lo que les han dado por algo para regalar”, intuyó.

El textil y el calzado son los sectores a los que más benefician las rebajas. “La reducción de precios se nota más en aquellos artículos que son de temporada, es decir, que pasan de moda y pierden valor con el paso del tiempo. El producto que una tienda de ropa o calzado vende en diciembre es completamente diferente al que comercializará en marzo o en abril. Eso no ocurre con una tienda de música o una farmacia, por ejemplo. Son sobre todo las grandes superficies las que hacen negocio porque rebajan todos los artículos excepto los de alimentación.

Emilio Ferrer, empresario de la zona en representación de “Almacenes Ferrer” entiende que “las rebajas cada año están funcionando peor”. Según explica, “van a comprar los primeros días y algo y esperan que se hagan grandes descuentos, que es cuando la gente compra, pero las rebajas ya no son como antes, ni mucho menos”. Para él, “todo es una consecuencia de la crisis y de que los armarios están llenos de ropa”. “Ya no es como antes, que la gente llenaba los armarios, venía y cargaba, eso ya pasó a la historia hace bastante tiempo”, aumentó.

Conejeros comedidos en 2008

No obstante, el chollo de las ofertas tiene más cruces. “Si recurres a las promociones, del tipo que sea, de una manera frecuente, los consumidores pueden habituarse a comprar únicamente durante las ofertas, con lo que, además de ganar menos, puede dañarse la imagen de marca de los artículos”, explicó la encargada de otro establecimiento arrecifeño.

“He gastado mucho estas navidades y soy estudiante así que estoy aprovechando las rebajas para comprar los Reyes de última hora”, aseguraron Alicia y Amaya. “Yo tengo la suerte de que voy a enviar mis regalos porque mi familia vive fuera así que, con la excusa de la demora de Correos, compro los presentes en las rebajas...”, explicaba bromeando otro residente en Lanzarote.

No es oro todo lo que reluce y siempre hay que mirar de qué pié cojea lo que en un principio sabe a chollo. Es más, no debería olvidarse que el producto más rebajado, incluso el más barato, puede llegar a ser le más caro e inútil.

Rebajas de enero, ¿una ayuda para subir la cuesta?
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