El piano de Ana Belén Gutiérrez, el violín de Irina Peña, la viola de Mario Engler y el chelo de David Barrera conquistaron a las casi 200 personas que se reunieron el pasado sábado en el auditorio de la Cueva de los Verdes para disfrutar de un programa que contenía piezas de los maestros Gabriel Fauré y Antonín Dvorak.
Como viene siendo habitual, músicos y espectadores se dejaron envolver de la magia y el encanto que atesora uno de los espacios más singulares del planeta.