lunes. 11.08.2025

Después del susto del pasado 6 de abril, al ver cómo la vivienda de San Francisco Javier donde vivían se derrumbó supuestamente por unas excavaciones contiguas, los miembros de la familia Ospinal respiran con tranquilidad alojados en una nueva vivienda del barrio capitalino de Santa Coloma. La casa identificada con el número 14 de la calle Tegala es su nuevo hogar. El Ayuntamiento de Arrecife, como lo había prometido, asumió el coste de la fianza y el primer mes de arriendo. Ahora, Arbey y Nelsy tendrán que apañárselas para empezar a producir, mantener a sus tres hijas menores de edad y recuperar todo lo que perdieron. Ganas no faltan, sólo necesitan tramitar la copia de su cédula de ciudadanía y pasaporte colombiano para hacer lo propio con el permiso de residencia y trabajo que otorga el Gobierno español. Todos los documentos, absolutamente todos, quedaron bajo los escombros la tarde del suceso.

Encerrados por la burocracia

Aunque la familia reside legalmente en territorio nacional, sin el permiso de trabajo es difícil ganarse la vida. Los trámites burocráticos tanto en el Consulado de Colombia en Madrid como en la Delegación del Gobierno en Canarias son engorrosos, así que Arbey ha decidido viajar a Madrid para personarse en el Consulado de su país e intentar imprimirle celeridad al proceso. Asimismo, espera que la representación del Ejecutivo central en el Archipiélago considere su caso y le otorgue con rapidez el permiso de residencia y trabajo permanente, cuyo trámite había empezado antes de caerse la casa.

El proyecto de vida se mantiene

La familia sufrió un duro revés en sus futuros planes económicos pero se da por bien servida con que haya salido ilesa. Arbey y Nelsy consideran que el proyecto de montar una panadería está aplazado pero no descartado. Al caerse la casa, perdieron la inversión hecha en las máquinas que darían luz al proyecto, “pero lo importante es que estamos vivos”, dice el padre de familia. La familia agradece inmensamente la mano que le ha tendido el Ayuntamiento a través de sus Servicios Sociales. “Estamos muy agradecidos porque nos alojaron en un hotel y no pasamos hambre”, apunta Arbey, quien hace un llamamiento a las autoridades competentes españolas para que le ayuden a sacar con prontitud los documentos que le permitan trabajar. El tiempo corre y los cabezas de familia tienen que hacer frente al arriendo y a otros gastos corrientes del hogar.

La familia afectada por el derrumbe en San Francisco Javier ya tiene nueva casa
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