Desde el primer instante supo el joven mago meterse a la gente en el bolsillo, apareciendo desde las filas de atrás 'recogiendo' puntos luminosos de entre los asistentes.
Tras un sorprendente primer número de prestidigitación, el mago comenzó su idilio con el público pidiendo colaboraciones puntuales, generalmente de niños, pero no sólo...
Hizo uso Jorge Blass de distintos elementos, como los aros metálicos, la cuerda, el sable que ensarta naipes en el aire, y..., un nuevo número: 'servicio técnico de móviles'.
E inició un número con muchas notas de humor en el que puso a prueba el sentido del humor y la paciencia del 'voluntario' colaborador.
Terminó su actuación el mago con un muy vistoso número con una copa de agua y un pañuelo, en el que inundó de nieve (de papelillos) el escenario y la parte delantera del patio de butacas.
Muy aplaudido, Jorge Blass estuvo muy accesible tras el espectáculo firmando autógrafos y sacándose fotos con muchos espectadores que se lo solicitaron.