domingo. 22.06.2025

La Orden del Cachorro Canario en Lanzarote acordó en su asamblea celebrada la pasada semana distinguir con el Cachorro de Honor a don Eulogio Concepción Perdomo, artesano de la cestería de pírgano, y a don Juan Rosa Perdomo, empresario. El reconocimiento se produjo en la sede de Bodegas Yuco el pasado viernes, día 27 de noviembre, coincidiendo con la conmemoración de la festividad de San Andrés, fecha que marca la apertura de los vinos obtenidos con la última cosecha.

Con ambas distinciones, la Orden del Cachorro Canario en Lanzarote persigue reconocer la trayectoria de aquellas instituciones y personas que sobresalen por rescatar, vivir, transmitir y defender la identidad canaria y las costumbres y tradiciones lanzaroteñas, así como por la conservación y difusión de los valores vinculados a la cultura canaria.

En los cuatro años de vida de la Orden en Lanzarote, han sido distinguidos hasta ahora don Juan Brito, la Fundación César Manrique, César Manrique a título póstumo, el Museo Agrícola ‘El Patio’, la Sociedad Cultural, Recreativa y Deportiva Torrelavega, Santiago Alemán Valls, la Agrupación Folclórica Los Campesinos, Benito Cabrera, el Museo Tanit y el Archivo Histórico de Teguise.

Estas prestigiosas personas e instituciones se caracterizan por su contribución a conservar, investigar y promocionar diversas manifestaciones culturales, y por evitar la desaparición o la deformación del patrimonio cultural.

Don Eulogio Concepción Perdomo

Don Eulogio Concepción Perdomo, un referente imprescindible en el campo de la artesanía tradicional. Nacido en Haría, Don Eulogio Concepción aprendió el oficio de su padre y acumula en sus manos más de 50 años de trayectoria.

En aquella época, la vieja sociedad agraria y marinera necesitaba de los oficios tradicionales para el desarrollo de sus actividades diarias en el campo y en el mar. Entre ellos, la cestería era fundamental.

Hasta 8 cesterías llegó a haber en Haría en los momentos de mayor esplendor, al tener en las inmediaciones y en abundancia la materia prima: las hojas de palmera. Muy pronto, Don Eulogio Concepción dominó el arte de batallar y doblegar el pírgano hasta convertirlo en cesto. Cortar las hojas y limpiar el pírgano, rajarlo y prepararlo para el trenzado se convirtió en el día a día de nuestro nuevo Cachorro de Honor, obteniendo todo tipo de enseres: cestos, cestas, cestonas, paneras, bandejas…, todos ellos útiles esenciales en la vida cotidiana de aquel tiempo.

Don Eulogio Concepción ha paseado su quehacer por ferias de artesanía en diferentes lugares, obteniendo variados reconocimientos a su labor.

Don Juan Rosa Perdomo

Juan Rosa Perdomo es un espejo en el que mirarse a la hora de crear riqueza y empleo, y por su manera de conducirse en el mundo de la empresa. De Don Juan Rosa escribió Agustín de la Hoz en 1986: “Tan sólo con tus manos fuertes e infatigables has podido encontrar el camino por donde debe andar el hombre recto y trabajador”.

Para la Orden, es un honor que haya aceptado esta modesta distinción una persona que, como Don Juan Rosa, tanto rehuye los falsos aplausos, que se guía por la modestia y que administra como pocos su silencio.

Humilde y buena persona; así es Don Juan Rosa en la cercanía y en el complejo mundo de la empresa, donde siempre se ha manejado con convicción y eficiencia. De Don Juan Rosa escribió Agustín de la Hoz: “Tampoco encuentro en ti afanes de poder y, sin embargo, mandas con tu mirada clara, seria, reflejo de tu espíritu fuerte, ancho y plácido, como un mar sin tormentas”.

La Orden suscribe estas palabras de Agustín de la Hoz: “No hay en tu pasado, Juan, nada más que trabajo, trabajo y trabajo, y mucho amor a la patria chiquita y motivos más que suficientes para que ésta se sienta agradecida y orgullosa”. Una vida laboriosa y un acentuado sentido del deber, los suyos, que han hecho marchar hacia delante a nuestra isla y a nuestra civilización.

Don Juan Rosa Perdomo está por derecho propio en el marco histórico de los grandes trabajadores lanzaroteños, siempre tenaces y emprendedores, un hombre que, en palabras de Agustín de la Hoz, contribuyó como pocos a “hacer crecer la esperanza donde solamente había rutina y malpaís”.

Eulogio Concepción y Don Juan Rosa, investidos Cachorros de Honor
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