viernes. 19.04.2024

Tan sólo en Arrecife se contabilizan 1.507 ciudadanos de origen marroquí, 615 de Guinea Bissau y 377 de Mauritania, atendiendo a los números oficiales. Estas cifras certifican la importancia de esta comunidad en la Isla, que lleva años instalada en la capital y en otros municipios y que se integra en la sociedad lanzaroteña, pero que mantiene también sus costumbres en muchos ámbitos como el gastronómico, el lingüístico o el religioso. Estas tradiciones les unen a sus raíces en su vida diaria, pero también en la muerte siguen sus propios ritos, que en el caso de los entierros musulmanes son muy estrictos.

Aunque en Arrecife aún no se ha convertido en un problema, son muchos lo municipios españoles que ya se han visto en la necesidad de adecuar espacios reservados para los fallecidos musulmanes, que han solicitado el respeto a sus rituales mortuorios. Y es que la planificación de los cementerios españoles está orientada hacia la religión católica, que es la mayoritaria en el país. Así, en los cementerios de las comunidades autónomas se cuenta con capillas y toda clase de imágenes de santos católicos, pero es más difícil encontrar alguna alusión a otras religiones.

En el caso de la musulmana, los muertos deben ser enterrados bajo tierra después de ser lavados y envueltos en una tela blanca, y la tumba es orientada hacia La Meca.

Estas condiciones no siempre se dan, sobre todo en lo referente al enterramiento bajo tierra, que se topa con el impedimento de la limitación de espacio que aquejan muchos de los cementerios laicos.

A pesar de que ni la alcaldesa de Arrecife, María Isabel Déniz, ni la concejal de Limpieza, Parques y Jardines, Carmen Ramos, observan ningún problema a la hora de hacer frente a estas condiciones, la realidad es que en el cementerio de la capital hace tiempo que es imposible realizar entierros en la tierra.

Según las funerarias consultadas por este medio no se podría conseguir que los cuerpos de los ciudadanos de esta religión reposasen en tierra porque no hay espacio disponible. Al parecer no es habitual encontrarse con casos de este tipo, pero son muchos los vecinos de la capital, que independientemente de su religión solicitan no ser enterrados en nichos, una solicitud que es denegada por el propio Ayuntamiento por falta de espacio.

De vuelta a Marruecos

Esta situación la verifican los propios afectados por la imposibilidad de enterrar a sus allegados siguiendo los rituales de su religión. La Asociación AMAL, formada por mujeres de origen árabe residentes en la Isla, confirma que la mayoría de los ciudadanos lanzaroteños de religión musulmana repatrían a sus muertos a los países de origen.

Esta decisión se toma también por tradición, pero en los casos en los que la intención de los familiares es la de hacer descansar los restos del fallecido en Arrecife ha sido totalmente imposible.

La solicitud de los propios familiares y del Centro de Musulmanes lanzaroteño ha sido denegada en todos los casos, siempre por la imposibilidad de encontrar un lugar en la tierra en el que hacerlo.

Por eso, la mayoría de los musulmanes de la Isla optan por contratar un seguro de repatriación para estos casos, ya que el gasto que tendrían que asumir los allegados en caso de que no tener cubierto este gasto sería de unos 7.000 euros.

Los bancos españoles ya se han hecho cargo de esta necesidad y son muchos los que ofrecen este tipo de servicios a los extranjeros, pero las administraciones siguen un paso por detrás en las respuestas a las necesidades de los inmigrantes.

Los pioneros en España

Algunas comunidades ya se han hecho cargo de este problema y han llegado a acuerdos con los representantes de la comunidad musulmana residente en algunas zonas como la de Caravanchel en Madrid o Collserola, en Barcelona.

Estos Ayuntamientos han cedido espacios concretos para los enterramientos musulmanes. Otras ciudades como Valencia o Granada están también barajando alguna de estas posibilidades para hacer frente a las solicitudes de este colectivo.

En Arrecife aún no parece que haya ninguna disposición a este respecto, aunque la alcaldesa estaría a favor de hacer “todo lo posible” porque se respetasen los cultos de estos ciudadanos.

Probablemente la falta de iniciativas a este respecto tengan que ver con el escaso número de fallecimientos de personas de esta religión que finalmente son enterrados en Lanzarote, una circunstancia que, si se mantienen las cifras de llegadas a la Isla desde África tendrá que ser afrontada antes o después.

La predisposición que se presupone a los solicitantes en vista de los antecedentes de otras ciudades es bastante flexible. En los casos en los que se ha llegado a un acuerdo con los Ayuntamientos, los colectivos han aceptado suprimir la costumbre de enterrarlos sin caja, un rito que contradice las leyes sanitarias españolas, siempre que se mantengan el resto de condiciones.

Arrecife no cuenta con espacio en su cementerio para dar sepultura bajo tierra a los...
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