El caso más llamativo de ocupación masiva de un inmueble que se recuerda en Lanzarote desde los tiempos del entonces quemado Arrecife Gran Hotel o de las naves de La Rocar ha llegado a su fin. Este miércoles, como ya había adelantado este diario que se iba a producir, agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (Guardia Civil) y civiles de una empresa de seguridad privada procedieron al desalojo de las decenas de personas que todavía seguían habitando en los apartamentos Senator de Costa Teguise. Ya por la mañana, los vigilantes de seguridad han permitido el acceso a personas que todavía tenían que sacar alguna de sus pertenencias del edificio.
La tarde fue notablemente intensa, según pudo comprobar esta redacción, pero la noche ha sido muy distinta. Una operación coordinada por un juzgado de Arrecife que finalmente se ha saldado sin incidentes de consideración, más allá del deplorable estado que presentaba a última hora del miércoles la zona, con colchones repartidos por todas partes, diferentes electrodomésticos y una sensación de que ese lugar en este momento no pertenece ni de lejos a una de las urbanizaciones más lujosas de Canarias. De hecho, este jueves la zona ha amanecido como arrasada, pero con cambios sustanciales.
El primero de ellos, que la puerta principal de los apartamentos Senator estaba cerrada a cal y canto, y que en el acceso lateral por donde hasta ahora entraba y salía la gente como Pedro por su casa se encontraba un vigilante de seguridad para impedir que nadie pueda entrar en el lugar. Los nuevos propietarios tenían claro que querían que las cosas se hicieran así, de forma legal pero con contundencia, y que nadie tuviera la sensación de que no iban en serio, de ahí que se haya contratado a esta conocida empresa de seguridad. A partir de ahora su objetivo no es otro que el de vallar la zona para iniciar los trabajos de recuperación de un edificio que tiene notables posibilidades de explotación.
La pregunta que se estará haciendo mucha gente es dónde han ido todas las personas que han ido abandonando en estos días el derruido inmueble y dónde fueron este miércoles los últimos que lo abandonaron. Según han relatado a este diario varias fuentes, algunas de las familias se han instalado como ocupas en un par de casas de Tahíche, otras se han quedado por Costa Teguise, otras están en Arrecife y hay una parte todavía por determinar que ha regresado a la Península. La preocupación de los vecinos de la zona era evidente, hasta el punto de que se llegaron a repartir octavillas por varios complejos avisando de que sus inquilinos tuvieran precaución ante el inminente desalojo, asunto que fue severamente censurado por el Ayuntamiento de Teguise a través de su concejal de la Policía, Miguel Ángel Jiménez, que no creyó necesario días atrás que se levantara este tipo de alarma de forma innecesaria.
