sábado. 03.05.2025
Más de 240 personas han pasado por Cáritas en lo que va de año mientras la Isla no cuenta con medios, infraestructura ni personal para atender a la gente que malvive en la calle

El alta médica es una mala noticia...si vives en la calle

Cáritas Lanzarote, de cara al Día de los Sin Techo, presenta su nuevo programa, “Por una salud digna para todos”, y alza su voz para que instituciones, políticos y toda la sociedad contribuyan a romper las barreras de las personas sin hogar a los servicios de salud

El próximo domingo día 25 de noviembre es el Día Nacional de Personas Sin Techo y, con el lema “Por una salud digna para todos”, Cáritas Lanzarote quiere denunciar las barreras a las que las personas sin hogar tienen que enfrentarse para acceder a algo tan básico y esencial como es la salud. Carecer de este derecho es perder la condición de ciudadano, así pues, el Día de los Sin Techo y Cáritas denuncian y exigen a las administraciones públicas, a las privadas y a toda la sociedad que tomen cartas en el asunto para frenar un problema vital, un problema de todos.

Lo dice claro el cartel que presentaron el pasado martes miembros de Cáritas Lanzarote: El alta médica es una mala noticia...si vives en la calle. Con el Día de los Sin Techo a la vuelta de la esquina, esta y otras organizaciones sociales siguen alzando su voz para llegar a una salud digna para todos. Bajo este lema, miembros y voluntarios de Cáritas convocaron ayer a los medios para denunciar las barreras que las personas sin hogar sufren en el acceso a la salud como pérdida de ciudadanía.

Los servicios sanitarios insulares son insuficientes en cuanto a recursos, infraestructuras, espacio físico y personal. Ni de cerca hay centros suficientes para albergar a personas sin hogar, para darles de comer, orientación o ayuda. Para Cáritas no es fácil alimentar a todos y no debe ser plato de buen gusto tener que decir “ya no hay más” cuando se acaba el alimento que dar. En su casa de acogida tan sólo hay espacio para 12 y son casi 50 personas las que han necesitado su techo en a penas unos meses. A lo largo del año 235 personas han necesitado de los servicios de la casa de acogida y del comedor social además de las atendidas en los servicios de higiene peronal y ropero. “Somos conscientes de que hay muchas más personas en esta situación muy cerca de nosotros”, aseguró Antonio Juan, presidente insular de Cáritas Lanzarote.

El perfil de las personas que acuden a Cáritas se corresponde al hombre de entre 30 y 40 años de edad; soltero o separado y, en su gran mayoría, de fuera de Lanzarote. Pero bien es cierto que, como expresó ayer para Crónicas Leandro Quintana, coordinador de Personas Sin Hogar, “cada vez acuden más mujeres y, desgraciadamente, la media de edad se mantiene porque cada vez hay más personas mayores o demasiado jóvenes”. Y el 35% de las personas que acuden al centro tiene algún tipo de enfermedad mental, causa o consecuencia de su infierno diario, mientras que casi el 70% tienen un casi inexistente acceso al servicio sanitario.

Malvivir en y de la calle no puede engendrar sino carencias y enfermedades físicas y psicológicas. Y la gota que colma es vaso es que ni siquiera hay coordinación entre los servicios sociales y los sanitarios. “Vivimos en una estructura social de la que caemos en picado si algún elemento de sujeción falla: la salud, la educación, el trabajo, la vivienda, el afecto... Y aquí no existen los medios necesarios, ni están adecuadamente organizados o adaptados a realidades de de profunda carencia”, nos decían miembros de Cáritas durante su discurso. Por todo ello, añadían, “invitamos a todos a estar abiertos porque tenemos que movilizar los obstáculos y generar medidas positivas e innovadoras que favorezcan el acceso a sus derechos”.

Reivindicación para y por la vida

“Por una salud digna para todos” es la manera de denunciar y exigir a las administraciones públicas responsables que incorporen iniciativas que favorezcan mejores condiciones de vida a todas las personas que están o pueden estar en condiciones de riesgo. Y es que las personas sin hogar son un colectivo sin recursos económicos, con una salud desfavorable y desprotegida ante muchas necesidades por cubrir.

Desde Cáritas entienden que la situación es alarmante e insostenible; que todos tenemos que movernos para que cambie y, por eso, consideran especialmente urgentes tres medidas. En primer lugar, reivindican la creación de tantas plazas alojativas como personas están sin cobijo en Lanzarote. “Teniendo en cuenta el número de peronas que se encuentran en nuestras calles, solicitamos con urgencia el alojamiento suficiente para ellas”, expresó Antonio Juan. Servicios sanitarios que sepan acoger, acompañar y tratar adecuadamente el proceso de recuperación de estas personas es su segunda y firme exigencia. Se trata de un reclamo para que se generen recursos coordinados porque, ¿de qué le vale a una persona sin recursos que un medico le recete cierto medicamento si ni siquiera puede permitirse comer?. En tercer lugar, desde Cáritas expresan que “ante el inminente derribo de La Rocar, eigimos que se tenga en cuenta, no sólo la reubicación de estas personas, sino también su asistencia sanitaria y psicológica”.

Sin atención, sin techo, sin derechos

La salud es un derecho fundamental pero, ¿para quién? El Ayuntamiento capitalino aún no ha terminado de elaborar el censo de personas sin hogar que habitan en Arrecife pero las cifras serán altas, demasiado altas. Tan sólo por el comedor y la residencia de Cáritas han pasado más de 140 personas en lo que va de año y, según las estimaciones de Leandro Perdomo, el coordinador de la zona, son muchos más sin techo los que existen en la ciudad. Su situación de vulnerabilidad se agrava por un deterioro físico y psíquico en el que un 66% de las ocasiones las personas no tienen acceso al sistema de salud. La cobertura sanitaria que se ofrece es también deficiente y aún está lejos de alcanzar el 50%. Las principales barreras de estas personas para acceder a las salud tienen su origen en el propio sistema de salud (91%), aunque existen ciertas trabas por parte de ellos mismos, de sus miedos y reticencias, y de algunos profesionales (5%) que continúan siendo esclavos de prejuicios discriminatorios.

Sin techo, sin atención, sin derechos al fin y al cabo. Las personas sin hogar carecen de tarjeta sanitaria, de espacios de recuperación si son convalecientes o de recursos si padecen una enfermedad mental (algo más que común en el caso de los sin techo). No hay en los centros horarios flexibles, espacio suficiente, ni pueden contar con un médico asignado ya que no tienen domicilio fijo.

Una persona sin techo tiene 20 años menos de esperanza de vida que cualquier otra persona y, para más inri, viven en la calle sin atención, desprotegidos ante cualquier agresión externa y con precarios hábitos alimenticios. Problemas de salud física, de salud mental, de abuso de sustancias... Pero es también un problema de discriminación, de falta de voz, de aire y vida digna. Es la pobreza invisible, invisible pero omnipresente.

Un llamamiento a todos los oídos sordos

Ante esta desoladora escena Cáritas tiene claro lo que falla, lo que se necesita y en la mano de quién está la posibilidad de cambio. Por este motivo, han decidido abrir al máximo su punto de mira y objetivo y se dirigen a todos, a absolutamente todos los agentes que conforman esta sociedad coja. A las autoridades públicas les exigen que garanticen un Sistema Nacional de Salud equitativo. Es decir, universal, gratuito y accesible; con extensión y calidad para todos y en el que se desarrollen las políticas de salud mental y se promuevan aquellas que luchan contra el estigma y la discriminación.

Se dirigen al servicio de salud para cuiden la formación del personal sanitario, en especial en las áreas de psiquiatría y drogodependencia. Reivindican que prioricen las citas de personas sin hogar, que creen recursos residenciales intermedios para la rehabilitación, que faciliten traductores y el acceso a las tarjetas sanitarias. El mensaje para la sociedad civil en general es tan breve como contundente: complementar la acción del estado y de las administraciones públicas. En la mano de cada uno de nosotros está la fuerza necesaria para impulsar el cambio, para romper todas estas barreras y lacras sociales.

Si bien es cierto que aún hay mucho, demasiado, camino por recorrer, también lo es que poco a poco van dándose pasos en este sentido. Juan aseguró que el Gobierno Canario y el insular “han comenzado a cumplir en plazos y cifras en sus ayudas y subvenciones”. Además, el director de Cáritas adelantó que “en estos momentos estamos negociando con el Cabildo, el Gobierno autonómico y algunos ayuntamientos un futuro convenio anual con el que se comprometen en mayor medida y que creemos que pronto se materializará”.

El alta médica es una mala noticia...si vives en la calle
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