jueves. 28.03.2024

El que la Audiencia Provincial de Las Palmas haya anulado el procedimiento judicial que perseguía el desahucio de la familia Medina de las casas de Berrugo (Playa Blanca), constituye un balón de oxígeno para sus miembros, sin embargo, Santiago Medina, portavoz de los afectados, admite que la batalla más dura está por venir. Tendrán que defenderse en los tribunales y presentar todas las pruebas posibles para demostrar que las casas son de su propiedad y no de la urbanización Castillo del Águila. Las viejas casas de los Medina, famosas por el anuncio “Aquí había una playa”, están rodeadas del Puerto Marina Rubicón y de un inmenso Centro Comercial abierto recientemente. “Todavía nos queda que nos den la razón en la propiedad, pero sí nos levanta la moral para seguir luchando”, dijo Medina a esta redacción.

No desean desprenderse de las casas

El desahucio queda aparcado y ahora la familia tiene la opción de pleitear en los tribunales la propiedad, que es lo que realmente le interesa. Al menos cinco generaciones de la familia Medina han vivido en Berrugo y Santiago recuerda que su padre, fallecido en 1968, se asentó allí en 1905. Las siete casas que hoy se pueden apreciar no alcanzan a sumar los 1.000 metros cuadrados, aunque antes era un solo inmueble hasta que los hermanos Medina decidieron dividirlo para quedarse cado uno con un pequeño apartamento. En ningún caso, destacó Santiago Medina, la familia busca la escritura de la propiedad para venderla. “A nosotros nos interesar conservar la historia y que aquello pase a nuestros hijos sin que se toque”, apuntó. Los hijos de los hermanos Medina saben perfectamente lo que representan para sus padres esas viviendas y algunos de ellos están metidos de lleno en la lucha por el reconocimiento de la propiedad.

El desahucio se había planteado porque la familia no tenía posibilidades económicas de depositar un aval de 120.000 euros para defenderse de la demanda de los dueños de la urbanización, pero conocida la decisión de la Audiencia el depósito queda reducido a 1.5000 euros, cifra que está al alcance de los Medina. “El juez había fijado el aval en 120.000 euros pero los dueños pretendían que fuera de 360.000 euros”, recordó Santiago Medina. De momento, las banderas negras seguirán ondeando en Berrugo y la vieja barca, que tiene el escrito “por estar en esta playa me condenaron a muerte”, continuará anclada a tierra.

A los Medina les queda la batalla más dura, demostrar la propiedad de las casas de...
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