jueves. 12.06.2025

Por Arantza Borrego

Unos se dirigían a la isla de Los Volcanes para disfrutar de sus merecidas vacaciones y otros volvían a casa, pero se encontraron con que ninguno de ellos lo harían en el tiempo previsto. El vuelo jkk 8638, un airbus 321de la compañía Spanair, salía el pasado sábado 29 de julio del aeropuerto de Loiu (Vizcaya) con algo más de 200 pasajeros (la aeronave tiene capacidad para 212) a bordo a las 13:15 horas con la intención de aterrizar en el aeropuerto de Guacimeta (Lanzarote) dos horas y veinticinco minutos después, es decir, a las 14:40 según el horario insular. Una avería detectada en el avión en pleno vuelo y un aterrizaje inesperado en Barajas fue el principio de toda una odisea que no terminó hasta las 16:30 horas del domingo 30 de julio, momento en el que los pasajeros (a excepción de aquellos que decidieron retornar a Bilbao o comprar billetes en otra compañía) procedían a recoger el equipaje en la cinta número 2 del aeropuerto conejero.

Mientras en el aeropuerto del Prat en Barcelona la huelga de los trabajadores de Iberia provocaba un auténtico caos el pasado fin de semana, en el de Barajas, en Madrid, las cosas no estaban precisamente tranquilas. Nada que ver con movilizaciones ni huelguistas reclamando sus derechos, sino con el pasaje completo de un avión procedente de Bilbao y con destino a Lanzarote que exigían los suyos. La aeronave, un airbus 321 de la compañía Spanair se vio obligada a aterrizar en el aeropuerto madrileño por motivos de seguridad ya que en pleno vuelo se detectó una avería en el avión.

El aterrizaje se produjo sobre las 14:30 del sábado 29 de julio, una hora y quince minutos después de haber despegado de Bilbao. Una vez en tierra, los pasajeros confiaban en que la mencionada avería se subsanase cuanto antes y poder llegar a Lanzarote unos para disfrutar de las vacaciones y otros para descansar el fin de semana antes de empezar el lunes 31 de julio la jornada laboral. Sin embargo sus esperanzas se vieron frustradas. Los más de doscientos pasajeros tuvieron que quedarse en tierra más de lo previsto y entre ellos había varios niños pequeños y bebés, y un joven con una enfermedad en fase terminal que necesitaba los cuidados permanentes por parte de los familiares y el médico que le acompañaban ya que se encontraba en silla de ruedas y le estaban suministrando morfina, según declaraciones de algunos de los viajeros que no dudaron en denunciar la falta de humanidad de la compañía que no lo embarcó inmediatamente en otro vuelo con destino a Lanzarote.

Empieza el follón

Ya en tierra y con un vale de comida en la mano y la única información de que había que cambiar una pieza, los pasajeros se sentaron a esperar hasta que a las 17:00 horas se procedió a un nuevo embarque. Sin embargo, el avión no llegó a despegar, la avería no se había arreglado y el comandante consideró que lo mejor era volver a la terminal. Los ánimos se fueron calentando cuando a las 20:00 horas la compañía, sin dar más respuesta que un “dentro de una hora les diremos algo” repartía el segundo vale de comida. El vuelo tampoco salió a las 21:00 horas y mientras en Barajas desde Spanair se daba largas a los viajeros que cada vez estaban más cansados, en Lanzarote ya se sabía que el vuelo estaba cancelado.

Finalmente, y después de una nueva polémica con el equipaje, los pasajeros fueron llevados a un hotel de la capital a las 23:30 horas. Sin apenas haber descansado y de nuevo con el equipaje a cuestas, fueron recogidos por tres guaguas a las 05:15 de la madrugada del domingo para ser llevados otra vez a Barajas ya que supuestamente el avión ya había sido arreglado y el despegue iba a tener lugar a las 07:00 horas.

Ante la expectativa de montarse en un avión que ya había fallado dos veces, algunos de los pasajeros optaron por volver a Bilbao mientras que otros compraban billetes en otras compañías para ir a Lanzarote.

Lo cierto es que el avión tampoco despegó a las 07:00. Es más, no lo hizo a hasta las 15:00 horas del domingo día 30, es decir, más de 24 horas después, y no se trató de la misma aeronave sino de una nueva procedente de Budapest.

200 personas tardan más de 24 horas en realizar el trayecto Bilbao-Lanzarote
Comentarios