La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha adelantado este miércoles el anuncio de una dimisión que según ha expuesto en rueda de prensa tenía pensada para el 2 de mayo. Sin embargo, todo ha sucedido y se ha precipitado como consecuencia de la publicación de un vídeo adelantado por el digital de OK Diario en el que se ve a la ya ex presidenta dando explicaciones poco convincentes a un vigilante de seguridad después de robar unas cremas en un supermercado.
La presidenta, que ha comparecido en una rueda de prensa de urgencia, ha detallado que el vídeo de su supuesto robo en Eroski ha precipitado una decisión que ya tenía tomada y había comunicado a su equipo; tenía pensado hacer efectiva la dimisión el 2 de mayo. Cree que ha sido sometida a «una campaña de acoso» en la que se han traspasado «todas las líneas rojas», entrando en «lo personal». Se va porque «la resistencia humana tiene un límite».
Emocionada, seria, pero contenida, Cifuentes ha explicado durante 10 minutos su versión de lo ocurrido: los productos de belleza los cogió por error, «no me di cuenta», pero luego los pagó. Cree que no tiene más trascendencia, pero lo enmarca en una campaña de desprestigio que ha entrado en el terreno personal. Asegura incluso que pretendieron extorsionarla con el vídeo tiempo atrás, y ella puso los hechos en conocimiento de la Policia.
Entiende que esta dimisión «parte del precio de luchar contra la corrupción» y por eso renuncia. El presidente en funciones es desde ahora es Ángel Garrido, quien presidirá los actos del 2 de mayo. Ahora se abre un proceso para la investudura de otra persona en las próximas semanas, mientras la moción de censura del PSOE decae inmediatamente. El nuevo presidente necesitará también de los votos de Ciudadanos para ser elegido.
Caso del máster
Lo cierto es que este caso no es sino la puntilla de la situación que arrastra Cristina Cifuentes en el último mes, tras el estallido del caso del máster. Su caída se inició el 21 de marzo, cuando se publicó la primera noticia sobre la presunta falsificación de dos calificaciones de su máster en Derecho Autonómico, realizado en la Universidad Rey Juan Carlos.
La sucesión de novedades relacionadas con el caso, que incluyeron falsificaciones, reconstrucciones de documentos, una información interna en la universidad y la intervención de la Fiscalía, fueron minando la credibilidad de la política madrileña.
Ella ha mantenido durante todo el tiempo su inocencia, insistiendo en que había realizado el máster, aunque reconoció que no acudió a clases ni a los exámenes porque así lo había acordado con el profesorado. Mantuvo esta versión no sólo ante la prensa, sino también en sede parlamentaria.
Cifuentes ha combatido como una jabata: le ha mantenido el pulso a Génova, que se ha encontrado con la fuerte oposición del PP de Madrid al sacrificio de su presidenta. Se reabrían con ello heridas que en los despachos de la sede popular creían que ya habían quedado cerradas desde la marcha de Aguirre
Pero la presión mediática y política -con una moción de censura planteada por el PSOE y, sobre todo, la amenaza de Ciudadanos de secundarla si no dimitía- han sido más fuertes. La dirección nacional del PP ha cedido y a Cifuentes no le ha quedado más remedio que doblegarse.