Fotos: Jesús A. Porteros/Crónicas
Pedro San Ginés se ha convertido a las 12.40 horas de este sábado en el nuevo presidente del Cabildo de Lanzarote, después de que prosperara la moción de censura (14 votos frente a 6 de un total de 23 consejeros) contra Manuela Armas en una tensa sesión plenaria que estuvo marcada por el sorprendente abandono a las primeras de cambio de los representantes del Partido Socialista Canario (PSC). La espantada socialista se produjo al comienzo del discurso de investidura del nuevo presidente, justo en el momento en el que estaba replicando sobre lo absurdo que resulta que se intente vender a la sociedad que los gestores judiciales de la compañía han tomado medidas contra los políticos por lo que estaba por venir y no por lo que ya había dentro; fue el momento que el portavoz socialista, Carlos Espino, aprovechó para pedir la palabra e interrumpir el discurso del representante de Coalición Canaria (CC), lo que éste no permitió. En ese instante, y a un gesto del líder socialista, los seis consejeros se levantaron y abandonaron la sesión entre abucheos y aplausos de la numerosa concurrencia que se dio cita en el estrecho salón de sesiones.
La sesión, que fue seguida por numerosos ciudadanos que se dieron cita dentro y fuera del salón de plenos (también estuvieron altos cargos del PSC como Santiago Pérez o Julio Cruz), ya empezó con bronca, la que algunos vecinos echaron a los cámaras más rezagados que trataban de ponerse delante. Nada comparado con lo que vendría después. María José Docal y Rubén Placeres presidieron la mesa de edad. La más veterana se dirigió a los presentes para pedir que hicieran algo que luego no sucedió, el no jalear a los unos o a los otros.
El turno de intervenciones lo inició el candidato. San Ginés se limitó en ese momento a sucribir los argumentos que les habían llevado a presentar la moción. No lo hizo así la presidenta saliente, Manuela Armas, quien compareció con un breve discurso perfectamente estructurado que leyó. En él, tras agradecer el apoyo de los ciudadanos y de su partido, se centró en hablar de lo que habían hecho. "Tengo que reconocer la admiración y el respeto por mis compañeros, porque juntos hemos hechoun trabajo excepcional y abrumador", comentó. Dijo sentirse orgullosa del proceso de "cambio" que había introducido en la gestión del Cabildo, en contraprestación con lo que hasta ahora habían representado aquellos que definió como una "generación de ambiciosos" que habían actuado "con mal fondo, con mala fe y creyendo que burlando la ley se puede hacer negocio".
Para Armas, llega al poder del Cabildo "la derecha más cutre", dentro de un Gobierno a medida del "oportunismo" en el que cuatro grupos se han dado un "abrazo suicida". Como no podía ser de otro modo, habló del desarrollo sostenible (el tema estrella de su mandato), aplicado a Inalsa y al territorio. "No temo al futuro, la fuerza de los hechos levantará la cortina del cambio", señaló.
La ya ex presidenta cerró su intervención pidiendo "sinceras disculpas" por los errores que sabía que había cometido, y dedicando especial atención a los que ella considera que más había desatendido, su familia.
Intervención de los portavoces
Los portavoces de los grupos firmantes de la oposición (Juan Carlos Becerra, Astrid Pérez, Sergio Machín y Fabián Martín) cedieron su turno de intervención al nuevo presidente, motivo por el que se limitaron simplemente a ratificarse en los términos planteados en la moción de censura.
Quien sí hizo uso de la palabra fue el portavoz socialista. Espino inició su intervención dirigiéndose a quien a él le habría gustado que fueran sus socios de gobierno, Coalición Canaria, diciendo que era una pena que se hubieran "dejado atrapar en el embrollo y la sospecha", exposición que hizo utilizando palabras expuestas estos días en la red Facebook por el alcalde de Puerto del Rosario, Marcial Morales. "Don Marcial usa el concepto de duda, embrollo, sospecha y politiqueo para definir esta moción de censura. Conoce menos la situación, porque yo tendría que añadir otras palabras, como chapuza, altanería y soberbia", subrayó.
Espino hizo referencia a las "prisas inadecuadas" que a su modo de ver les llevó a tener que presentar la moción de censura en dos ocasiones, asegurando, en el punto que luego provocó la réplica de San Ginés, que han generado "tanta desconfianza" que los interventores de Inalsa les han prohibido que accedan a la compañía.
Hizo alusión también a la situación de minoría en la que se encontraban, minoría de la que dijo sentirse orgulloso. "No es lo mismo una minoría no deseadaque una minoría deliberadamente buscada, deseada. Después del 25 de mayo nos quedamos con minoría numérica, pero con fortaleza moral", aseveró.
El secretario general de los socialistas lanzaroteños quiso hacer hincapié en los discrepantes, en los consejeros de CC que habían manifestado públicamente estar en contra de la moción de censura: ¿dónde está Manuel Fajardo Feo, por qué no quiere ser presidente, dónde está Ángeles García?", preguntó, sin mencionar que en las filas del PIL también faltó una consejera, Nereida Pérez.
Echando mano del discurso de los últimos días, habló nuevamente del territorio y de los hoteles, afirmando que no entendía cómo San Ginés se sentaba a gobernar con consejeros que han utilizado el "nauseabundo argumento del papelito", argumento "por el que han empapelado al ex alcalde de Yaiza y vicepresidente del PNL".
Por último, Espino dijo que no le iban a dar cien días de gracia a San Ginés, sin los que necesitara "siempre y cuando adopte medidas en favor del interés general". "Con sinceridad, le deseo suerte", comentó antes de que finalmente decidiera marcharse del pleno.
Toma de posesión del nuevo presidente
Faltaban veinte minutos para la una de la tarde cuando Pedro San Ginés, de estricto terno azabache y grana, prometió por su conciencia y honor su cargo como máximo responsable de la Primera Corporación insular. Tras unos minutos dedicados a los medios gráficos y después de haber bromeado con la posibilidad de abstenerse en la votación de sí mismo como presidente, el representante de CC inició un largo, denso y meditado discurso por el que estructuró el decálogo de intenciones con el que llega al mando en plaza. Empezando por el final, pero recogiendo el titular que él mismo dio para definir lo que va a ser su mandato, habría que señalar una frase: "la era de la gestión ha llegado a la Primera Corporación insular". Y es que en eso se va a basar el compromiso de las cuatro fuerzas y del nuevo presidente, en gestionar de otro modo una institución que por no tener no tiene ni presupuestos aprobados.
Pedro San Ginés empezó dirigiéndose a los ciudadanos, pidiéndoles "perdón" por los años que llevan soportando a la clase política insular, que siempre ha sido capaz de superar los límites del esperpento. En segundo lugar, se dirigió a sus compañeros para darles las gracias por confiar en él para liderar la difícil misión de hacer que las cosas cambien en los dieciocho meses que tienen por delante.
Tuvo claro que iba a defraudar a sus adversarios, puesto que, a pesar de tener sobrados argumentos, no iba a entrar en la réplica política. Eso sí, reconoció que a pesar de tener gran ilusión por el nuevo proyecto no son ilusos, con conscientes de que en el tiempo que les queda no se pueden hacermilagros, sobre todo siendo como es el momento más complicado de la historia política, con un PSOE más "virulento" y enardecido que nunca pensando que son los dueños del poder, con un difícil pacto a cuatro bandas y con una enorme crisis económica. "No estamos locos, sabemos lo que queremos", soltó parafraseando el estrebillo de una conocida canción.
De igual modo, mandó un recadito a los todavía presentes consejeros del PSOE afirmando rotundo que no están vendidos a los intereses de ningún lobby empresarial, como sí están vendidos a los ciudadanos al haber renunciado a los lógicos réditos que podrían haberle sacado al desgaste del minigrupo de gobierno socialista.
Tras la introducción, San Ginés habló de los objetivos, que comienzan con uno importante, la reducción de los sueldos de todos los integrantes del grupo de gobierno, medida contraria a la que adoptaron Manuela Armas y los suyos, que fue lo primero que hicieron al llegar al poder para equiparse a los consejeros de Fuerteventura. Asimismo, anunció la reducción inmediata del número de asesores a la mitad, pasando de 11 a 6 (2 de CC, 2 del PIL, 1 para el PNL y otro para el PP), contratando a "profesionales de contrastada experiencia y con obligación de asistir al puesto de trabajo". Además, se va a producir dentro de las medidas de ahorro una reducción del número de consejeros liberados, que serán doce, la restricción total del ya famoso "todo a 30.000" y el exhaustivo control de las compras y los gastos.
Al entrar en el capítulo de las empresas públicas fue cuando llegó el lío. San Ginés no pudo reprimirse y replicó a Espino diciendo que "afortunadamente Inalsa está en manos de la justicia, que fue la que quitó a la presidenta saliente incluso el acceso físico a la empresa por temor a que remataran la faena en sus últimas decisiones". En ese instante Espino quiso interrumpir al nuevo presidente, le pidió la palabra y éste se la negó, momento que aprovechó para levantarse y para hacer un gesto a sus compañeros para que hicieran lo mismo.
Tras los abucheos de unos y los aplausos de otros, una vez que además de los consejeros abandonaron el salón de sesiones el resto de simpatizantes socialistas, el nuevo presidente retomó su discurso. En todo momento dijo que le parecía una lástima que los representantes del PSOE no se hubieran quedado para escuchar lo que les tenía que decir. Habló, siguiendo el tema de las empresas públicas, de los Centros Turísticos, asunto que conoce perfectamente puesto que fue él quien los llevó a su mejor momento y sobre el que fue claro al anunciar que se va a realizar una auditoría, después de la cual se van a depurar las responsabilidades que se deriven de la nefasta gestión llevada a cabo por Espino. También habló del "vergonzoso y triste" despido de José Juan Lorenzo como máximo responsable del EPEL, aunque anunció que lo va a incorporar como jefe del Gabinete de la Presidencia. "Los Centros siguen siendo un caballo ganador, todo no se ha perdido, y Astrid Pérez es la amazona para ese caballo", dijo refiriéndose a la presidenta del PP.
San Ginés habló del resto de departamentos, anunciando cuestiones importantes como la profesionalización de la Sociedad de Promoción del Patronato de Turismo o el principal caballo de batalla al que se van a enfrentar desde ya, el tema de los resiudos. Ahí se paró para decir que el vertedero de Zonzamas es "la mayor asignatura pendiente del Cabildo", y asumió el compromiso de hacer lo posible para que el tema cambie en el menor tiempo posible.
Habló de Vías y Obras, indicando a Fabián Martín que contará con su ayuda para el desdoblamiento de la Circunvalación, para el Palacio de Congresos, el plan de puertos y aeropuertos o el paseo hacia el muelle de cruceros. Anunció además como importante novedad que van a intentar aprobar en los meses que quedan para finalizar el año no sólo el presupuesto de 2009 sino el de 2010, "año durísimo para todos los cabildos".
Hizo alusión a Deportes, Servicios Sociales y Educación en la misma línea, convencido de que ya harán una buena labor pagando lo que se tiene que pagar en cada departamento. Tuvo además palabras especiales para La Graciosa, como las tuvo para Juan Carlos Becerra, por su tremenda experiencia en política. "Necesito de esa dilatada experiencia, porque más sabe el diablo por viejo que por diablo", indicó.
El tema del territorio y los hoteles
Pedro San Ginés quiso dejar para el final el tema más espinoso, el de los hoteles. Apremiado por el tiempo, quiso ser contundente y claro: "nosotros no vamos a hacer lo que ha hecho el PSOE, secuestrar el debate como si fuera patrimonio de una sola formación política". Desmintió además que el documento llevado el pasado jueves al Consejo de la Reserva de la Biosfera estuviera consensuado con alguien, ni siquiera con el Gobierno de Canarias.
Como no podía ser de otro modo, habló del nuevo Plan Insular, subrayando que se va a probar cumpliendo los plazos y buscando el mayor consenso posible, como se va a aprobar el famoso y polémico Plan Territorial Especial, el mismo PTE que provocó, como recordó San Ginés, la ruptura del pacto en el anterior mandato entre nacionalistas y socialistas. "¿Se acuerdan cuando decían que la Isla se iba a hundir si no se desclasificaban 25.000 camas?", preguntó, respondiendo acto seguido con que "la mentira tiene las patas muy cortas". Para él, está claro el "uso electoralista" que el PSOE le ha dado y le sigue dando a este tema. "Me juego el cuello a que volverán con las prisas", comentó.
Con el tema de los hoteles fue igualmente claro: "no debe haber impunidad". A su modo de ver, es el PSOE el que más sabe de regularización de hoteles, puesto que son los socialistas los que han llegado a acuerdos de regularización como el de Yudaya.
No tuvo problema en entrar en la polémica de la última semana, la de las supuestas presiones empresariales. "Ni nos han marcado el paso ni nos lo marcarán. Espero que no les marquen a ellos el paso desde ningún despacho", soltó rotundo.
Para ser más claro, y para "cerrar el chiringuito" abierto por los socialistas, adelantó el solemne compromiso del nuevo grupo de gobierno de no llevar a cabo la regularización de un solo hotel si no hay consenso con el PSOE. "Los hoteles no se legalizarán si el PSOE no quiere que se legalicen", remarcó al respecto. "¿Quién quiere más camas en la Isla, quién quiere impunidad para los que delinquen? Nadie", dijo, justo antes de terminar con rotundidad su intervención: "algunos no estamos en venta".