El acuario más grande de Canarias estará ubicado en Lanzarote y abrirá sus puertas el próximo mes de junio.
Construido sobre una superficie de 1.800 metros cuadrados en Costa Teguise, albergará en su interior 33 tanques en los que vivirán más de 150 especies marinas. El mayor reclamo será la pecera de 220 metros cuadrados en la que se alojarán siete especies de tiburones, entre los que habrá angelotes, tiburones-toro, tiburones-martillo, pintarrojas, alitanes, y los tropicales bambu y Port Jackson.
Además de estos ejemplares, el acuario contará con peces tan llamativos como las rayas, samas, barracudas, morenas, además de otras muchas especies marinas, como los caballitos de mar. Más adelante quieren incluir también medusas y corales vivos.
Una ambiciosa apuesta
Con una inversión de 5 millones de euros, Eduardo Álvarez, impulsor del proyecto, está convencido de que ha hecho un buen negocio. Lanzarote no cuenta con atracciones para todo el público (desde niños hasta ancianos) y que puedan albergar a tanta gente en su interior (hasta 450 personas de forma simultánea). El precio de la entrada también es un punto a su favor: 10 € para los turistas y 5 € para los residentes.
Paseo bajo el mar
Lo primero que percibirán los visitantes del acuario al entrar en el recinto es la oscuridad de los pasillos. Las paredes estarán pintadas en azul marino y el techo en negro, con el objetivo de introducir a los exploradores en una atmósfera submarina. En la profundidad del océano no hay luces estridentes. Por eso, la única iluminación del acuario será la procedente desde el interior de las peceras y será muy tenue. El recorrido que podrán hacer los visitantes tendrá una duración aproximada de una hora y media y ha sido dividido en dos zonas: la zona canaria y la zona tropical.
Carne fresca para los tiburones
Este acuario también tiene cocina. Los peces tienen que alimentarse y son los propios biólogos los que se encargan de prepararles la comida: pescado fresco para los tiburones y los grandes peces, y pescado congelado para los más pequeños. La cocina también hace las funciones de hospital de campaña. En ella se preparan los medicamentos y los complejos vitamínicos, y se vigilan los parámetros del agua.
El responsable del Departamento de Biología del acuario, Xoan Xosé Domínguez, aclaró que los tiburones no se merecen la mala fama que tienen. Él y el resto de sus compañeros biólogos serán los encargados de darles de comer en la mano y si fuesen tan peligrosos, dijo, nunca se meterían en el tanque para jugarse la vida. Sin embargo, explicó que hay que tomar precauciones y actuar con “prevención y coherencia”. “No hay que olvidar que estás entrando en su medio y que son animales potencialmente peligrosos”, añadió. El truco para controlarles consiste en tenerles bien alimentados “para que no pasen hambre y tengan todas las necesidades biológicas cubiertas”.
Observatorio del océano
Uno de los principales objetivos que Eduardo Álvarez se ha propuesto es que el acuario se convierta en un verdadero observatorio del mar desde el punto de vista pedagógico. Para ello, pretende firmar un convenio con el Gobierno de Canarias con el fin de ofrecer visitas guiadas por expertos biólogos a los alumnos de todos los colegios de Lanzarote. En total, 22.000 niños y niñas podrán disfrutar de una auténtica inmersión en el fondo del océano durante la cual descubrirán muchas cosas acerca de lo que ocurre en la parte más desconocida de Canarias, la que está bajo el mar.
Otro de los atractivos, especialmente para los más pequeños, es la pecera llamada “touch-pull” en la que los visitantes podrán meter la mano para tocar a los peces de su interior.