"En cumplimiento de mi compromiso contraído con la opinión pública de Lanzarote a
través de la nota de prensa del pasado día 29 de diciembre, paso a dar cuenta de los temas
más sustanciales de la operación “UNIÓN” y que me puedan afectar personalmente.
PRIMERO.- Reitero rotundamente la no participación personal o con otras personas
en actividades urbanísticas, cobros de comisiones, negociaciones prohibidas u otras de
carácter ilícito.
SEGUNDO.- Estoy en condiciones de poder contestar, de forma pormenorizada,
rotunda y esclarecedora a todas y cada una de las miles de conversaciones grabadas a través
de la intervención de mis teléfonos, tanto en sede judicial como en los medios de
comunicación.
TERCERO.- Para constatar que me he reunido con los cargos públicos y orgánicos
del P.I.L. en la labor de asesoramiento que desde el propio partido se me encomendó no hacía
falta invadir mi domicilio particular con miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado
pertrechados con material de defensa y acompañados, curiosamente, de un gran despliegue
mediático, como si se tratara de detener al terrorista más sanguinario de la historia. De
haberlo evitado, se habría ahorrado el enorme gasto que, supongo, habrá producido la
brillante operación y el espectáculo mediático que dieron.
CUARTO.- La opinión pública de Lanzarote, de Canarias y de gran parte de España,
dado el enorme despliegue de medios de comunicación realizado, estará deseosa de saber si
en el exhaustivo registro llevado a cabo en mi domicilio se encontró, acaso, dinero, armas de
fuego, drogas, obras de are, cuentas ocultas en paraísos fiscales o a la vista en cualquier
banco nacional o extranjero y en qué cantidades o aumento de mi patrimonio no justificado.
Rotundamente he de decir que nada de lo expresado se encontró.
QUINTO.- Sería una inmoralidad que al no poderme relacionar con tramas
urbanísticas o negocios oscuros -en los que nunca he participado a lo largo de mi trayectoria
política- se tratara mediante suposiciones, transcripciones o interpretaciones sesgadas de
algunas de mis conversaciones intervenidas, verter acusaciones infundadas con el único fin de
ganar el juicio mediático que de forma paralela se ha venido celebrando por determinados
medios de comunicación afines a la causa de alguna fuerza política y, así, acabar
definitivamente con mi trayectoria política y lo que ésta ha supuesto en la isla.
SEXTO.- En referencia a mis conversaciones con don Joaquín Herrera, ex-director
del Centro Penitenciario de Tahíche y que, al parecer, se han tomado como la gran base de las
supuestas “corrupciones” de Dimas Martín, he de decir que lo conozco desde hace más de
treinta años y que mis conversaciones con él se produjeron cuando yo ya disfrutaba del tercer
grado y sabía que había cesado o iba a cesar como director del centro. Espero no considere
trato de favor que durante mi cumplimiento en Tahíche compartiera habitación de 4x4 metros
con seis internos y, a veces, con camas suplementarias para aumentar su capacidad y donde a
lo largo de un año, mi ocupación fue -durante las 20 horas diarias que pasaba en ese recintolavar
pisos, limpieza general, colaborar en el cuidado de los enfermos, socorrer a aquellos que pretendían lesionarse, todo ello recogido en mi expediente gracias a la honradez de los
funcionarios.
SEPTIMO.- El pretender poner en entredicho la profesionalidad e independencia del
director, funcionarios, equipo técnico, Junta de Tratamiento, Juzgado de Vigilancia y Central
de Observación no deja de ser un acto de cinismo y de irresponsabilidad. No se debe olvidar
que he sido de los pocos o, acaso, el único interno de Lanzarote para el que las resoluciones
de la Junta de Tratamiento de este centro han sido ratificadas por la Central de Observación
mediante comparecencia ante la misma, teniéndome que trasladar en ocasiones a Tenerife, adonde se encontraba desplazada desde Madrid.
OCTAVO.- Para que los ciudadanos de esta isla conozcan la verdadera presión
psicológica y el sufrimiento que he tenido que soportar a lo largo de estos años con
encarcelamientos y excarcelamientos, traslados arbitrarios como el del pasado verano o el
protagonizado la noche del 23 de diciembre, sería necesario que se desvelaran las
conversaciones grabadas y cartas que en su momento deposité en una notaría de Lanzarote,
donde se encuentran a día de hoy, sin duda, esclarecedoras de la manipulación política que se
ha hecho de mi caso. Autorizo desde aquí al director de Lancelot, al que hace algún tiempo
hice depositario de una carta enviada desde Tahíche para que en el supuesto caso que me
ocurriera algo en el centro o en mis traslados lo pusiera en conocimiento del Juzgado de
Guardia y de mi familia, a que la haga pública.
NOVENO.- En referencia a una supuesta carta enviada a un concejal de Arrecife
donde hago mención a un médico, he de decir que el supuesto médico no es tal, ni tiene
relación alguna con personal de Instituciones Penitenciarias, aún cuando tenía acceso a este
centro. Me comprometo a dar las explicaciones necesarias y pertinentes si fuera requerido
para ello.
DÉCIMO.- Mi trato, a lo largo de estos años, con los diferentes médicos que han
prestado sus servicios en las dependencias sanitarias del centro de Tahíche ha sido de total
consideración, manteniendo con los mismos una relación de respeto como corresponde a
personas civilizadas y educadas, entre los que me incluyo, destacando de los mismos su
profesionalidad y humanidad para con todos los internos".