La avalancha de medidas contra la crisis económica ha impulsado la Bolsa un 8,71%, la mayor subida de su historia. El Ibex cierra al alza una de las semanas más convulsas desde que comenzaron las turbulencias financieras y bate el que hasta ahora era su récord, del 6,95%, cosechado el pasado 24 de enero.
El resto de Europa también ha participado de una sesión histórica. El FTSE londinense contribuyo al festín de ganancias con un alza del 8,84%, el CAC parisino, con un rebote del 9,2%, y el DAX de Fráncfort con un impulso del 5,5%.
La euforia inundó las Bolsas desde los primeros instantes de la sesión después de conocerse que el Gobierno de EEUU y el Congreso ultimaban la que podría ser la mayor intervención pública en el mercado.
Parte de las medidas del plan se desvelaron este viernes, lo que desató el optimismo de las financieras en los parqués. Entre ellas están el establecimiento de una entidad que se haría cargo de la mala deuda de las instituciones financieras estadounidenses y la ampliación del cerco a las ventas a corto plazo en la Bolsa.
Los reguladores bursátiles pretenden poner fin así al ciclo bajista, dificultando las maniobras de aquellos que se benefician con el pesimismo de la Bolsa. Mediante este tipo de operaciones, un inversor toma prestadas acciones de una empresa, previo pago de comisión, para venderlas y volver a comprarlas después con la esperanza de que haya bajado el precio y así poder embolsarse la diferencia antes de devolverlas al propietario.
"Estas medidas han sido más importantes porque no afectan a una sola entidad en crisis, sino casi al 100%, y puede dar un balón de oxígeno más largo, pero las dudas siguen ahí", explica David Navarro, gestor de renta variable de Inversis Banco.