jueves. 28.03.2024

Se ha convertido en la noticia más importante este fin de semana la consulta a la militancia del PSOE sobre el Pacto para un Gobierno reformista y progresista alcanzado entre PSOE y Ciudadanos, y que escenificaron con gran pompa y boato Pedro Sánchez y Albert Rivera en el Congreso de los Diputados. De entrada, consultar a la militancia es un hecho muy positivo, ya que es ejemplo de una auténtica democracia participativa. Los resultados han sido muy positivos para Pedro Sánchez por lo que su figura políticamente se ha visto reforzada especialmente ante sus barones, que como sabemos hasta hace poco lo cuestionaban; ante la militancia socialista y también ante la ciudadanía española.

Dicho lo cual, gran parte de la militancia esperábamos, así me lo han constatado bastantes miembros de ella, otra pregunta muy distinta a la "¿Respaldas estos acuerdos para un Gobierno progresista y reformista?" La pregunta esperada y lógica, ya que la cuestión política, que ha estado sobrevolando sobre nuestras cabezas desde la retirada vergonzosa de Rajoy a asumir la presidencia del Gobierno, era muy clara: ¿Pacto con Ciudadanos? o ¿Pacto con Podemos? O incluso, también podría haberse añadido: ¿Aceptas entrar en una Gran Coalición, formada por PP, Ciudadanos y PSOE?

Yo no quiero cuestionar de ninguna manera los resultados, aunque trataré de hacer una explicación de ellos. Hay un aspecto que he observado en todas las imágenes proyectadas de la consulta: predominio casi absoluto de una militancia bastante madura. Circunstancia, que sería muy interesante estudiar desde un punto de vista sociológico. Comento una experiencia personal. Hace unos años fui invitado a impartir una conferencia sobre la II República en la sede del PSOE en Monzón, provincia de Huesca, y entre la asistencia de unas 2º personas, todos eran jubilados, salvo un joven. Ésta es la realidad, y que los dirigentes del PSOE les debería servir de motivo para una profunda reflexión. La juventud implicada en política milita en otras fuerzas políticas. Esta circunstancia puede explicar en parte los resultados de la consulta. Sé que puede ser polémico lo que voy a decir, más como lo pienso, y no sólo yo, ya que me lo han corroborado otros militantes, han votado sí no porque estén de acuerdo con el pacto, ¿Cómo van a estarlo con un pacto con Ciudadanos? Y no lo están porque conocen las palabras emitidas por el presidente del Banco de Sabadell, Josep Oliu, en junio de 2014 “tenemos que crear un Podemos de derechas, ya que el existente nos asusta un poco”. Es incuestionable que C´s no tiene ningún problema económico, si nos fijamos en su campaña, su presencia en los medios y sus sedes en todas partes, que no dan abasto en afiliar a la avalancha de nuevos militantes subyugados por el olor a poder, muchos procedentes de otras fuerzas políticas. Es muy factible que Rivera haya sido elegido como líder nuevo por los bancos, como candidato del Ibex35. Muchos de los militantes con una larga trayectoria en el PSOE son extraordinariamente fieles al partido, que para ellos es muy importante en su vida personal. Han visto que Podemos desde su irrupción en el panorama político español ha tratado de suplantar al PSOE como el partido de la izquierda española, sirviéndose de actitudes prepotentes por parte de Pablo Iglesias. Y eso los militantes del PSOE les resulta intolerable. ¿Cómo un partido recién llegado quiere sobrepasar, e incluso dinamitar a otro con una historia centenaria, que ha hecho tantas aportaciones a esta España nuestra, incluidas las muertes de muchos de sus miembros por la defensa de la libertad, igualdad y la justicia? Por eso, aunque ideológicamente les hubiera sido más digerible un acuerdo con Podemos, el votar mayoritariamente el acuerdo con Ciudadanos, lo valoro como un voto de castigo al partido de los Iglesias y Errejón. Y también a los barones del partido y así reforzar la figura de Pedro Sánchez.

Según José Antonio Pérez Tapias, el que fue candidato a la secretaría del partido, el pacto con Ciudadanos es un “cepo neoliberal”, y ha lamentado que no recogiera una “apuesta federal clara” y considera que la pregunta de la consulta “insulta a la inteligencia política” al eludir señalar hasta el nombre de con quién se pactó. Juicios que asumo completamente.

Quiero terminar afirmando que ante el problema más grave que tiene el Reino de España, desde la llegada de la democracia, cual es la cuestión catalana, el Pacto PSOE-Ciudadanos, el silencio mostrado sobre Catalunya es reprobable, dando muestras de falta de responsabilidad y de sentido de Estado. La postura del PSOE y Ciudadanos es contundente “se comprometen a: oponerse a todo intento de convocar un referéndum con el objetivo de impulsar la autodeterminación de cualquier territorio de España”. De verdad, son auténticos autistas.

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Tiene razón Antón Costas en un reciente artículo titulado Atreverse a pensar lo impensable: “La mayor parte de los políticos españoles no cree que la independencia sea posible. De ahí que su respuesta se limite a una aplicación restrictiva de la ley, la utilización de la vía judicial y, en su caso, la amenaza penal. Es un error. De hecho, la suerte que han tenido los independentistas es que los demás no han dado credibilidad a lo que están haciendo”.

Como también la tenía en julio de 2013 Frances Carreras en su artículo La hora de la audacia. Son para reflexionar. “La carta se la ha dirigido el president de la Generalitat al presidente del Gobierno. En ella le pide que aborde el diálogo y la negociación para que los ciudadanos catalanes sean consultados sobre si desean separarse de España y constituir un Estado independiente. Si yo fuera Rajoy no dudaría un instante y aceptaría el reto: pondría inmediatamente en marcha los mecanismos necesarios para llevar a cabo la consulta. Quizás es la última ocasión que se le ofrece para resolver limpiamente un grave problema del que por ahora parece no enterarse. Y, además, resolverlo de una tacada. Como hizo Cameron al día siguiente que el Partido Nacional Escocés ganó las elecciones con el 51% de los votos”. Como tampoco se enteran Sánchez y Rivera.

La consulta a la militancia socialista es un castigo a los barones del partido y a la...
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