jueves. 18.04.2024

El secretario general de Agricultura y Alimentación, Joseph Puxeu, ha sido noticia estos días tras su ocurrente y desafortunada recomendación a los españoles de que estas navidades comiéramos conejo en lugar de pavo, cabrito o cordero. El Gobierno de España encontraba así la solución a la subida de los precios de los productos de primera necesidad: todos debemos comer conejo durante esta Navidad. El secretario general de Agricultura y Alimentación proponía esta medida como una alternativa simple e ideal para acabar con la inflación. Y los españoles, también los canarios, nos quedamos con cara de tontos pensando que o bien el Gobierno nos estaba contando un chiste o creía que éramos idiotas.

Parece mentira que todo un secretario general de Agricultura y Alimentación, avalado por el Gobierno de España, -no debemos olvidar el reproche que nos hizo previamente el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, por dejar propinas de un euro cuando vamos a tomar un café o la campaña de promoción del conejo, para la que se prevén unos cuantos millones de euros-, nos haga esta recomendación para solucionar nuestros graves problemas económicos: sustituir el pavo, el cabrito o el cordero por conejo.

No se entiende cómo se ha podido hacer tanto esfuerzo por parte de los a los 636 asesores del presidente Zapatero, más los economistas del equipo de Pedro Solbes, y más los técnicos del MAPA (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) durante estos últimos días del año proponiendo una medida que nos hacer recordar la época de las ‘cartillas de racionamiento' de la posguerra española o cuando el propio Felipe González nos decía aquello de que nos teníamos que apretar el cinturón.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestaba en el último pleno del Congreso de los Diputados antes de la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones para el próximo 9 de marzo sobre la subida de los precios en la cesta de la compra "que en primer lugar, el Gobierno es consciente de lo que representa el repunte de la inflación y la subida de precios; en segundo lugar, un mensaje de tranquilidad, y en tercer lugar, una explicación, se debe al alza del precio del petróleo y los cereales que se ha producido a nivel mundial”. Una explicación que a muy poca gente ha convencido, porque, aunque el también vicepresidente Pedro Solbes insista en que “la economía va bien”, lo cierto es que los precios del petróleo y los cereales han subido en todo el mundo, pero es que en España los precios suben el doble. Y eso no se puede contemplar con la tranquilidad que pide el presidente.

La carestía de la cesta de la compra está llegando a límites insostenibles y si ya es grave la situación por la que pasan los consumidores peninsulares, en el caso de Canarias y, concretamente en Lanzarote, es un abuso y una injusticia. Precisamente más de 300 personas se manifestaban el sábado en Arrecife con una consigna clara y contundente: Con las cosas de comer no se juega. La protesta la había convocado una ciudadana que, cansada de pasar dificultades para llegar a fin de mes, utilizó las virtudes de las nuevas tecnologías para propagar por diversos canales la convocatoria. Pese a las suspicacias que apuntaban a una posible mano política o empresarial detrás de la organización de la protesta, ésta transcurrió sin que se advirtiese ninguna evidencia de que la sospecha, alentada por la rumorología, fuese cierta.

Tan sólo pareció existir la reivindicación de unos ciudadanos indignados por padecer el alto precio de la cesta de la compra de Lanzarote, que se perfila como una de las más caras de todo el Estado, si no la que más.

Los manifestantes, al igual que todos los lanzaroteños, tienen claro quiénes son los responsables de la situación: los empresarios del oligopolio formado por las dos principales firmas comerciales de alimentación de la Isla y los políticos. Por ello, corearon al unísono lemas como “Hiperdino es un timo” o “mercado libre ya” y finalizaron el recorrido en frente de la sede de la Cámara de Comercio de Comercio.

La verdura y la fruta, alimentos sanos y recomendados por todos los médicos para el buen funcionamiento de nuestro organismo, parecen ser los productos que más encarecen la cesta de la compra. Así las cosas, no extraña que la provincia de Las Palmas cuente con la cesta de la compra más cara de España, con precios que -en un cómputo realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)- están un 10 por ciento por encima de la media nacional. Sin embargo, los ciudadanos de Gran Canaria gozan de los precios más bajos de toda Canarias, lo que significa que la media la inflan Lanzarote y Fuerteventura. Sobre todo Lanzarote que tiene la segunda cesta de la compra más cara de todo el Archipiélago, sólo por debajo de La Gomera.

En fin, una situación que está causando graves problemas a todos los consumidores que no se creen eso de Solbes de que la economía va bien, pues son ya muchas las personas que están pasando serias dificultades para llegar a final de mes, e incluso teniendo que pedir a organizaciones humanitarias o a las instituciones públicas y no sólo porque tengan que pagar una hipoteca que cada vez es más cara.

No, la solución no es comer conejo en Navidad, es buscar la manera de que todos los españoles podamos vivir con el salario que recibimos y controlar, de alguna forma, el alza de los precios de los productos alimentarios. El conejo, para los socialistas, nosotros ya decidiremos lo que podemos poner en nuestra cena de Nochebuena y lo que no podemos poner, que no se preocupe el secretario general de Agricultura y Alimentación.

Conejo para Navidad
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