Por Antonio Cubillo Ferreira
En tiempos del imperio romano, las provincias conquistadas de África estaban obligadas de enviar a Roma tributos en trigo, aceite, esclavos, fieras para el circo y soldados para las legiones. El más importante era el diezmo anual del trigo, ¨frumentum imperatum ¨ o el especial, ¨frumentaria subsidia rei publicae ¨ o ¨altera decima¨, cunado había guerras.
Después de la conquista de Canarias y la derrota final de los guanches de Tenerife ante el pertrechado ejercito español con cañones, caballos y armaduras de hierro de sus soldados mercenarios, el imperio español, como Roma, impuso a nuestras islas diversos tributos en esclavos guanches y productos de la tierra así como en 1658, el tributo de la sangre para enviar familias guanches completas de Canarias a poblar las colonias americanas de España. Durante las múltiples guerras que tuvo el imperio en Europa, Asia, Africa y América, Canarias seguía siendo exprimida y sangrada, debiendo además enviar soldados a las diferentes guerras del imperio o las guerras civiles y levantamientos en la metrópoli. Ahora, la situación sigue igual en este siglo XXI, pero por el hecho de seguir siendo una colonia española, Canarias debe pagar. España en estos momentos tiene tropas en Afganistán, país en una guerra que a los Canarios ni nos va ni nos viene. Dicha guerra ha ocasionado ya muchas victimas al gobierno español y han surgido protestas entre el pueblo español que está viendo llegar los cadáveres de sus soldados caídos en accidente o combate, mientras las viudas y madres reciben las medallas para su consuelo. Debido a estas protestas que están surgiendo entre la opinión pública y las familias de los soldados enviados, Madrid ha decidido mirar hacia su colonia de Africa, su última colonia, y exigir el tributo de soldados canarios en vez de enviar a sus soldados a esta extraña guerra.
Para el mes de junio próximo, el gobierno del ya decadente imperio español, va a enviar a la guerra en Afganistán, al Regimiento de infantería de la Cuesta estacionado en Tenerife, compuesto por 750 soldados y oficiales, compuesto por Canarios y Canarias. Ya a las soldados se les ha informado discretamente de este peligroso destino y muchas familias están indignadas; ya algunos soldados se lo están pensando y piensan pedir la baja, antes de correr el riesgo de volver a Canarias en un ataúd. Como en este tipo de guerra en país desconocido y sin mucha protección, se calcula que las pérdidas pueden llegar a un 10 %, se van a preparar unos 75 ataúdes, para los soldados Canarios caídos y nos imaginemos que las correspondientes medallas y banderas para despedir a los cadáveres de los pobres soldados muertos.
El Congreso Nacional de Canarias, partido independentista, piensa que se debe comunicar a nuestra opinión pública, esta peligrosa situación que va a afectar a muchas familias de aquellos soldados que se les obligue a participar en tamaña aventura de los colonizadores. Mientras sigamos siendo una colonia y no obtengamos nuestra soberanía, estaremos obligados a seguir pagando a la metrópoli en dinero, impuestos, explotación de nuestras riquezas y lo que es peor, en soldados para sus guerras.
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