Este pasado domingo los aficionados, seguidores y simpatizantes de la UD Las Palmas han sufrido el mayor de los castigos, y es que después de estar más de 40 minutos tocando el sueño del ascenso a Primera unos energúmenos echaron abajo la ilusión de miles de personas. No me voy a centrar en lo futbolístico, porque al fin y al cabo el fútbol es fútbol y seguramente es lo más injusto que se ha producido en un terreno de juego en años, pero es deporte y a veces se gana y otras se pierde.
Este artículo es para hablarles de esa minoría que saltó al campo; de esos que forman parte de una sociedad alocada y anarquista, hablo de sociedad y no de jóvenes porque en esa invasión del campo también se vio alguno que ya lo de joven le quedaba muy lejos. Este fin de semana ha tocado en un terreno de juego y todos lo hemos visto, pero esta minoría está en todas las facetas de la sociedad actual y diariamente “invaden” nuestro bienestar. Son los mismos que están en nuestros centros educativos, los mismos que van por nuestras calles, en definitiva, ellos comparten su particular forma de vida con nosotros.
Le echo la culpa a una falta de valores que ha incrementado en los últimos años, promovida por una carencia en educación que debe empezar desde el propio núcleo familiar y que sumado a la sensación de ser intocables da como resultado espectáculos como el que vimos este fin de semana. Ellos se olvidan de que su libertad acaba cuando empieza la del otro y que por muchos tatoos, piercing u horas de gimnasio que tengan no están por arriba del bien y del mal. Debemos intentar entre todos que las nuevas generaciones vean que ese tipo de comportamiento no es el adecuado e inculcar los valores que siempre hemos tenido y que seguimos teniendo, aunque unos pocos los hayan perdido.
¿Solución? Para nada justifico las cargas policiales que se han visto últimamente en manifestaciones y demás acontecimientos públicos, pero creo que a este tipo de personas no se les puede tratar de otra forma, ya es tarde para utilizar el diálogo con ellos, dudo que logren entender algo que no sea mediante el uso de la fuerza y quizás poco a poco podremos ir adaptándolos a la otra sociedad a la que pertenecemos la mayoría, porque igual que decía el técnico de la UD las Palmas al concluir el partido, “esas personas no representan a la UD Las Palmas”, y añado que tampoco representan a esta sociedad.
P.D: Muchos ánimos a los sufridores seguidores de la UD Las Palmas, sobre todo a mi amigo Kevin, el próximo año estarán en la lucha de nuevo.