Por Domingo García
¿Quién tiene las bragas de Margarona? Por fin vemos a alguien en política, si se puede decir que lo realizado hasta ahora por la alcaldesa de la Graciosa es política, que se va de la misma con las cosas claras: nada traje, nada me llevo.
Me encantan este tipo de políticos-as que dicen las cosas claras, todos hemos entendido que no se aprovecho de la política y yo la creo. Son personas que te dan confianza, nobles, transparentes, independientemente que puedas estar de acuerdo con su trabajo. Personas que ves en el pueblo, con la gente y para la gente.
Como buena mujer, utilizo las bragas, prenda intima, como señal de que en lo mas profundo de su persona, tenia su conciencia tranquila por su recto proceder.
Cuantos políticos se atreverían a decir lo mismo, cuantos estarían dispuestos a mostrar su intimidad, hablando de política. Desgraciadamente estamos acostumbrados a que la mayoría, al entrar en los cargos, lo primero que hacen es cambiar, no ya solo de chaqueta, si no, hasta de calzoncillos o bragas, depende del personaje.
Personas y personajes como Margarona son lo que hacen falta en esta isla y en la Graciosa, personas que busca el bien de la gente, por el simple hecho de agradar, ser complacientes, el bien por sentirse reconfortado, por haber ayudado a alguien o a algo.
Margarona es, no va ha dejar de serlo, seguro, la Graciosa. Esa persona que todos buscamos cuando saltamos a tierra al llegar el barco procedente de Lanzarote. La Graciosa es, las carretillas en el muelle y Margarona.
Una persona que muchos hemos visto, pero que muchos mas conocen, por su alegría, por su disposición y por su socarronería, lo de las bragas, todo el que quiso entender , entendió.
Político puede ser cualquiera, solo necesitas ponerte a opinar, pero para ser un personaje político, te tienes que ganar el cariño del pueblo y Margarona era y es todo un personaje.
¿Quién tiene las bragas de Margarona? ¿Quién tiene la vida de Margarona? La tiene el pueblo y todas aquellas personas que alguna vez la vimos sobre el muelle o en las calles de jable, por la Graciosa, hablando con la gente, preocupada, por si falta o ya no queda.
