Por Ramón Pérez Hernández
El notable investigador-historiador y Cronista Oficial de la Ilustre y Señorial Villa de Teguise Don Francisco Hernández Delgado, nos deleitó el pasado 18 de agosto, a las 9 de la noche en el Salón de Actos de la Democracia. La relevante conferencia nos situó con deleite en fiestas tan populares que con tremenda alegría celebraban antaño nuestros marinos, a los que acompañaba al completo el pueblo de Arrecife. Revelador el comentario que el conferenciante extrae de las declaraciones hechas por D. Manuel Pérez Martín (Armador de buques de pesca) en referencia a nuestros esforzados y poderosos lobos de mar (yo, íntimamente, los distingo como a unos Hércules): “Desde que se machaban p'a la costa ya estaban pendientes de ir preparando los buches que le sacaban a los pescados grandes. Además siempre dejaban pendiente del cobro al armador para recogerlo en las vísperas del Carnaval; los marineros por estas fechas no navegaban, más bien parrandeaban en los distintos ranchos del carnaval”.
También, nuestro entrañable escritor D. Agustín de la Hoz, en su genial obra “Lanzarote”, comenta: “Es la vida de Arrecife bajo la égida del mar, como si eternamente este “puerto” estuviera acabando de nacer de entre las entrañas marinas. ¡Mar y sol, cal y mar, es la luminosa existencia de Arrecife!. Los mismos roncotes parecen frutos que brotan del árbol trepidante de los barcos, y son esos hombres quienes nunca aprenden a olvidar lo que les sugiere la tierra, a pesar de que sea la mar su sino intransferible. Acaso ese “sino” del mar propugne en el roncote su desmedido apego a la tierra, y quizás por esa misma causa los hombres de Arrecife hayan hecho rito y religión de aquellos báquicos y alegres carnavales de las Cuatro Esquinas hervidero humano ataviado de máscaras de “buche”, al estilo del país, con monteras de airón y cintas multicolores. ¡Con qué ganas gritaban hembras y varones, satisfechos de vivir y de gozar! Era que ellas y ellos muy bien sabían que, a la fugaz parrandera presencia de los roncotes, sucedería la sorda ausencia cuando la flota insular rumbeara hacia los linderos saharianos”...
La “Parranda los Buches” nació en 1963 de un grupo de entusiastas ciudadanos, muchos fallecidos (q.e.p.d) y cuyos nombres transcribo (espero no omitir ninguno) para recuerdo: D. Manuel Sánchez Quevedo, hace unos días a los 99 años (el “abuelo de la parranda”); D. Santiago Álvarez Martín, D. Vicente Alejándres Caron, D. Agapito Cruz Hernández, D. Luís Fernández Fuentes, D. Gabriel Fernández Martín, D. Estanislao (Tilo) García Pérez, D. Evaristo (Tito) González Hernández, D. Tomas Guadalupe Luzardo, D. Vicente Guerra Rodríguez, D. Francisco Hernández Hernández, D. Agustín Lasso de la Torre, D. Braulio de León Navarro, D. Cristóbal León Gutiérrez, D. Antonio Martín Ramos, D. Ramón Martínez González, D. Gregorio Medina Armas, D. Juan Negrín Alayón, D. Wenceslao Noda Hernández, D. Manuel Pérez Martín, D. Antonio Reguera Martín, D. Francisco Spínola González”...
