Después de conocer los resultados del informe PISA 2015, no queda otra que hacer una breve reflexión sobre estos y, así, intentar mejorar cara a los próximos ejercicios.
Para abordar la deseada mejoría, entre otros detalles, habría que tener en consideración los siguientes:
● Una normativa legislativa fácil y resumida, sin excesos reguladores que incrementan en gran manera el trabajo burocrático del profesorado, que tiene que dedicar muchas horas a tareas que no tienen nada que ver con la instrucción, con la enseñanza. Además, esta normativa está sometida a caprichos, ocurrencias y a vaivenes políticos. Es urgente un Pacto de Estado por la Educación, del que emane un sistema que tenga una larga vigencia y con una estabilidad presupuestaria.
● Respaldo de la figura del profesor creando un ambiente profesional atractivo, dotando a su labor del prestigio social necesario y atendiendo sus demandas y propuestas educativas. Ha de dignificarse la labor docente en todos los aspectos.
●Una Inspección Educativa despolitizada y que trabaje con absoluta profesionalidad y no a modo de lobo para los docentes ni a modo del bueno de la película aprobando, muchas veces de manera injusta, a alumnos que han reclamado. Ha de ser el profesor el que decida profesionalmente si se aprueba o se suspende a alguien y ha de estar libre de presiones en este sentido.
● Reducción del número de alumnos por aula: no se puede dar calidad cuando vemos, por ejemplo, un segundo de ESO con más de treinta alumnos y con un profesorado sin respaldo de ninguna clase.
● Horarios más racionales sobre todo en Formación Profesional. Además, habría que reducir las horas lectivas y de permanencia en el centro y dejarlas como estaban antes de la crisis.
●Dotar a los centros de más recursos materiales. Por ejemplo, hay institutos donde el aula de Informática adolece de falta de ordenadores en condiciones para tantos alumnos.
●Dejar de construir los centros educativos a modo de cuarteles con barracones, cuya salubridad es lamentable con frecuencia. Se abusa bastante de este tipo de construcción.
● Simplificar la enseñanza prescindiendo de tantos proyectos inútiles y caros.
●Más implicación de las familias en el proceso de aprendizaje de sus hijos.
De nada sirven los datos, si no extraemos lecciones para mejorar y nuestros políticos deben tomar nota de ello.
Si no logramos ahora el Pacto Educativo, los docentes seguirán haciendo la ardua tarea de achicar problemas que reciben.