Por Guadalupe Toledo Hernández
Tomasito, el día 31 de julio hará dos años que te vi por última vez. Estabas dormidito, parecía que estabas lleno de vida, pero la triste realidad es que ya no la tenías.
En estos dos años han pasado acontecimientos familiares en los que se ha notado mucho la falta tuya y la de abuela. Podremos reír, podremos cantar, pero ya nada será como antes.
Tomasito, ¿cómo está tu abuela? Dile que estaba muy guapa en las fotos del homenaje a Papá Pancho.
Tomasito, muchas noches les pedí que ayudaran a Antonio y hoy quiero darles las gracias por ello. Sé que le echaron una manita, también sé que lo hacen cada día por todos los que dejaron aquí en la tierra.
Tomasito, cuando voy a verte a esa casita que tienes aquí en la tierra me duele mucho leer tu nombre y que te fuiste con 19 años; siempre tiene flores frescas, tu madre la tiene siempre muy bonita.
A pesar del dolor que me produce su falta, a pesar del paso del tiempo, no puedo dejar de pensar en ustedes.
A pesar de que el sufrimiento es muy grande, sé que la vida debe continuar, hasta que llegue el día en el que nos encontremos de nuevo.
Un fuerte abrazo de todos. Hasta siempre.
