Por Rosario González Perdomo
Durante 25 años he pagado religiosamente mis impuestos al Ayuntamiento de Teguise y no he recibido nada a cambio; no es que les pida caramelos o una cesta por Navidad; yo lo que pido es una dichosa farola para mi calle.
Hace unos seis años estuve en el Ayuntamiento para hablar con el señor slcalde, don Juan Pedro (he estado más veces pero ésta fue especial), y le dije que me perseguía un hombre que no estaba bien de la cabeza y que tenía un gran miedo de que pudiera cualquier día seguirme hasta mi casa.
“La historia es real”, le dije, pero no me hizo caso, paso de mí.
He seguido insistiendo y sigue pasando de mí, como también hicieron los cargos públicos del PIL y el Partido Socialista, que también gobernaron durante algún tiempo.
Yo no pido nada del otro mundo, pido un alumbrado público para mi calle; creo que tengo derecho.
Mis hijos nacieron en este pueblo y nunca pudieron jugar en su calle cuando oscurecía, y como he dicho muchas veces, nunca venían de casa de algún amigo caminando, por la oscuridad de la calle.
Mis hijos han pasado hace rato la mayoría de edad y seguimos con la calle a oscuras.
Como puedo yo mirar a los cargos políticos de mi Ayuntamiento, cuando que lo único que me han hecho es fastidiarme: no tengo alcantarillado, no tengo alumbrado público, no tengo unas aceras ni dignas ni indignas, no tengo una calle con un asfalto en condiciones, (es rofe suelto y ahora después de la lluvia barro), no tengo contenedores para reciclar, me fastidian aprobando un proyecto de carretera que ni ellos mismos conocían, no me han hecho caso cuando les dije que si no dejaban en condiciones la acogida de agua de la calle tendrían problemas con las lluvias... Por no tener, no tenemos nada de nada.
Sólo pido unas dichosas farolas para la calle Azorín salida a la Avenida Campo Amor. ¿Es mucho pedir después de tantos años pagando impuestos?
