domingo. 28.12.2025

Por Domingo García

Cándido: sencillo, sin malicie ni doblez, poco advertido. Esto es según la academia española de la lengua lo que viene a significar la palabra cándido. ¿se podría con esta definición llegar a la conclusión de que Candido, Don Candido Reguera, es un cándido?.

Incluso, hasta yo podría darle por buena las dos primeras definiciones: sencillo y sin malicie, pero la tercera: poco advertido, eso si que no. Aquí quien mas, quien menos, sabe con quien se junta y Don Candido ha decidido juntarse con lo peor del PIL, que es como decir con lo peor de Lanzarote, y total, solo para que le pongan de alcalde, si, para que le pongan, por que nadie, ni siquiera Don Candido, es alcalde por voluntad únicamente propia, necesita que la mayoría levante la mano, y algunos de esos acompañantes, ¿honorables concejales? son los que levantaran la mano, espero que después no se la lleven al bolsillo, pleno tras pleno, para contentar a Don Candido en su sueño, por otra parte justo, de ser ¡por fin! el alcalde. Unas manos, cuando menos dudosas, a las que como mínimo habría que realizarles una buena pedicura, o mejor aun, ponerlas a remojo.

Don Candido, persona honrada, parece no dar valor a lo intangible: honestidad, honradez, vergüenza..sigue siendo de derechas, que los de izquierdas, ufff, mejor no recordar, quita, quita. Importa el mando, una buena alcaldía, que mas da si para ello hay que pactar con personas que su único credo es: coge el dinero y corre.

Hablaba de poner paredes de cristal en el ayuntamiento, le sugiero, con respeto, que mejor seria poner en la puerta de entrada, un detector de chanchulleros y a la salida un detector de comisiones. No por nada en especial, simplemente por el historial de algunos y algunas , que también hay cada una, que valen su peso, por su puesto en kilos solidarios, en oro.

No me preocupa que las paredes del ayuntamiento no sean transparentes, lo que realmente preocupa es que las cafeterías, se conviertan en los despachos de los cargos públicos y en sus oficinas de contratación, donde se dibuje y adjudiquen los planes generales o que alguna celda de Tahiche, se convierta en el archivo municipal o peor aun, en la oficina de recaudación.

El nuevo alcalde, como hombre de derechas que es, piensa y presume que solo el dinero da la felicidad, y a mas dinero mas felicidad, por eso lo primero que hace al llegar a la alcaldía es bajar los impuestos, pero, siempre hay un pero, los vecinos, que en su mayoría son simples asalariados, no tienen la suerte del alcalde y sus amigos del grupo de gobierno, que disponen de dinero, mucho dinero publico, para ser mas felices, ellos ¡claro! no los vecinos, donde la mayoría, quieren seguir siendo cándidos y pensar que el arte de la política es hacer felices a los pueblos y no ricos a los políticos, por lo tanto, creo que Don Candido, no es tan cándido como parece.

Don Candido, el cándido
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