Por J. Lavín Alonso
Dádivas quebrantan peñas, reza una vieja expresión, al parecer de origen anónimo; o compran votos y voluntades, los cuales no resultan tan caros a fin de cuentas y cunden lo suyo. Esto último es algo que nuestros entrañables caciques sabían y saben. Es lo que en la práctica constituye lo que podríamos llamar el “absolutismo democrático”, que como oxímoron político no esta mal del todo. Se trata, ni mas ni menos, que de crear redes clientelares entre el electorado que aseguren una buena cosecha de votos, a base de dádivas en efectivo junto con un uso, cuanto mas cínico, mejor, de una demagogia indecente. Y si dichas dádivas se prodigan sin que ello cueste ni una locha al peculio del donante, pues mil sobre hojuelas... o petrodólares en maletines “ad hoc”. Y es que el subsuelo del lago Maracaibo da mucho de sí, pero acabará por agotarse, y entonces...
Tras el previsible y clamoroso fracaso sufrido por el presidente bolivariano en el referéndum de enero de 2007, en el que pretendía prolongar sine die su mandato, no ha dudado en recurrir nuevamente a la coerción mas agresiva en un nuevo intento de salirse con la suya, y esta vez lo ha conseguido - con un 46% de los votantes en contra, lo cual indica que no las tiene todas consigo - y con un sistema electrónico de validación de votos insuficientemente conocido por buena parte del electorado. La sindéresis no parece ser su fuerte.
Por otra parte, nuestro dictador en ciernes ha conculcado, al parecer, un precepto del la constitución “bolivariana”, que mas bien debería llamarse “chaviana”, que determina expresamente que no se celebren dos referendos sobre una misma cuestión y dentro de un mismo mandato presidencial. Tal haya sido un lapsus o que en las riberas del Arauca vibrador, al son de la marimba y del cuatro, los concepto democráticos mas elementales sufren una mutación que los aparta del resto de los que están al uso en otras democracias de mayor prosapia.
En el Congreso de Angostura, el 15-02-1819, el libertador Bolívar, a quien tanto parece admirar Chávez, afirmó, entre otras cosas:..."Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se originan la usurpación y la tiranía ; nuestros ciudadanos deben temer que el mismo que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente". Mas claro, agua. Por otra parte, el descenso en la cotización del barril de crudo - que es de esperar que continúe por largo tiempo - ha reducido bastante la capacidad de dispendio del presidente a costa del bienestar social de la mayor parte de la población del país hermano. Pero, por desgracia, de momento el tanteo es: Chávez 1, Venezuela 0
