Algunos están criticando con bastante aspereza y de manera machacona el gran Acuerdo firmado en Madrid con el Gobierno central por CSIF, UGT y CCOO para estabilizar el empleo público.
Este Acuerdo lo tenemos que mirar positivamente, ya que muchos docentes tendrán más posibilidades de conseguir trabajo fijo. Se trata de empleo público y, como tal, esas plazas están abiertas a personal interino y ciudadanos que pretenden aspirar legítimamente a una de ellas.
CSIF luchó insistentemente para que las pruebas no fueran eliminatorias y,así, los interinos tuvieran más facilidades en el proceso de estabilización. El Ministerio de Educación se cerró en banda y no accedió a la reivindicación. Al final, se consiguió incrementar la experiencia docente y el número de bolas para el sorteo de los temas. Asimismo, se consigue una ponderación del 60% para la fase de oposición(antes era 66,66%) y 40% para el concurso(antes era 33,33%).
Con el Acuerdo de Madrid no se cierra la puerta a nadie-porque es empleo público- y, además, se mejoran las condiciones para que los interinos puedan estabilizar su empleo.
Deberían estar todos los sindicatos a favor de un empleo estable, con las máximas garantías legales para los que están trabajando. Da la impresión de que algunos no se enteran o no quieren enterarse de esto. Parece que lo que quieren es perpetuar al personal en la `interinidad vitalicia´, que linda muchas veces con la precariedad laboral, la incertidumbre y el paro. Parece que cuanto peor, mejor.
Siempre habrá interinos en la Administración, a la que le sacan una y otra vez las castañas del fuego con su inestimable profesionalidad y entrega. La dignidad, que ha de reconocerse en su día a día, nos lleva a rechazar que algunos pretendan utilizarlos como arma arrojadiza y electoral. Es una gran ruindad que se juegue muchas veces con el miedo y la confusión de este colectivo vulnerable de trabajadores vendiendo humo y burras cojas.