La portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Dolores Corujo Berriel, afirmó este miércoles que las peticiones de Coalición Canaria (CC) sobre el Sistema de Vïgilancia Exterior (SIVE) de Lanzarote no responden a un ejercicio de responsabilidad o de sensibilidad ante un problema humanitario de gran magnitud, sino que son “una reacción ante las encuestas que advierten de la irrelevancia política que los nacionalistas tendrán tras las elecciones mayo de 2019”.
En el pleno de la Cámara, según han recogido posteriormente desde el Partido Socialista (PSOE) en nota de prensa, lamentó el “populismo” de CC en torno a este asunto y su “búsqueda desesperada del voto del miedo”, algo que, subrayó, provoca “repugnancia” por llegar a la Cámara en forma de propuestas “tramposas”. Explicó que el SIVE cuyo funcionamiento reclama ahora CC con tanta urgencia “nunca será efectivo al cien por cien, porque lleva años de decadencia por la falta de mantenimiento al que lo condenaron los recortes brutales del Partido Popular”.
En esta línea, indicó que las pateras y cayucos, “desgraciadamente, llevan años arribando a nuestras costas y seguirán haciéndolo”, por lo que recordó que África “no es nuestro continente vecino solo desde que Pedro Sánchez es presidente”. En este sentido, remarcó que se trata “precisamente de ese mismo continente al que CC mira de cuando en cuando señalándolo como territorio de oportunidades para las empresas canarias, con un cierto olorcillo a colonialismo rancio”.
Lamentó que en unos momentos en los que Europa “se aterra por el avance de los populismos xenófobos”, CC “elige jugar con fuego, pero Canarias es más que eso y merece más que eso”. Por ello, apeló a la seriedad y a la visión de Estado en todas las acciones que se realicen en materia de inmigración.
“Recuerden la talla moral e intelectual de Adán Martín, quien convirtió el problema de Lanzarote y Fuerteventura en una oportunidad para construir Canarias. Exijan medios al Gobierno del Estado y nos encontrarán siempre de su lado, pero háganlo con nobleza, sin alarmismos, sin convertir el drama de la inmigración en una bandera odiosa con la que tratar de superar su irrelevancia”, subrayó.
