Hace tiempo que ese palacio gubernamental español fue tildado de letrina hedionda. Es el edificio de un gobierno donde desde 2018 la fauna humana que lo transita, caga y mea sin nadie que controle todo ese defecar apestoso que prostituye todo lo corrompible y lo incorruptible también.
De ahí que a ese palacio se le empiece a conocer por su nueva y acertada etiqueta de letrina asquerosa. Todo es prostitución cual prostíbulo, cuya gestión ha sido fotocopiada de esos otros, donde la gerente conocía perfectamente su prostituto funcionamiento.
A quienes generaban la ganancia se les ignoraba en extremo, debido a que su actividad putera era supuestamente voluntaria, con respecto al chaperismo masculino que cobraba a su cliente y pagaba el local por cuyas dependencias se efectuaban los cruceros de modelos prostitutos a la caza clientelar.
Una especie de autónomos que no pagaban al erario público por su actividad económica denigrante. Se antoja ese esfuerzo laboral poco lucrativo como para que los causantes del placer sexual encima tuvieran que pagar impuestos.
No en cambio así para el arrendador de las instalaciones a tiempo parcial, al que sí le generaban unos sustanciosos ingresos que no tenían que pasar el control de contabilidad alguna. Normalmente el intervalo temporal alquilado va desde el primer toqueteo a la corrida correspondiente, ¡y Caja! para el dueño del garito.
“Para tí puto tu tanto y para mí el cuanto, que mantener esto cuesta mucho”. (No tengo ni idea de esos porcentajes) Tampoco de los intervalos alquilados al chapero entre eyaculaciones de los clientes. Veinticuatro horas dan para un montón de tantos con sus respectivos cuantos.
Sin embargo, este puterío masculino, cosa de maricones, no está mal visto, no se cuestiona y no genera ningún tipo de sentimientos. Que los chicos hagan lo que les salga del pito, nunca mejor dicho, no interesa ni preocupa a nadie. Allá cada cual apencando con sus voluntarios y económicos actos.
La cosa cambia, cosas del feminismo incomprensible, cuando el puterío es la actividad de ellas. Eso es explotación y no puede consentirse. Y entonces ahí, que la gerente deje los sobres con el dinero y el nombre de la puta correspondiente que tampoco paga impuestos, no está contratada, no tiene nómina y ni cotiza a la seguridad social, sí que se considera inconcebible.
Pero tampoco tanto, no vayan a creerse, si la gerente y el proxeneta son comunistas, maricones o tortilleras. Ni contarse si la que fuera esa gerente es hoy la mujer del Presidente del Gobierno en España y su suegro haya sido el proxeneta.
Pues sí, estos también tienen patente de corso para hacer y decir lo que les venga en ganas entre quienes se rasgan las vestiduras si atisban esa misma actividad laboral puteril en personas sospechosas de ámbito fachosférico. Ahí le meten fuego al garito sin contemplaciones.
Y para todo y con todo, esto es así en la letrina monclovita, que además doctrinariamente a través de radios, prensa y televisiones con sus respectivos ideológicos profesionales y articulistas de opinión, sectarios ideologizados, vociferan su ideal ética y moralina conveniente.
Entonces, que a quien consideran un facha retrógrado en el Congreso de los Diputados, le insinúe al Presidente del Gobierno que no es creíble ni plausible su falso feminismo, pretendiendo presumir de ello aboliendo la prostitución de la que claramente se ha beneficiado a través de su señora esposa, la gerente y de su suegro, el proxeneta, todos los anteriores se escandalizan e insultan sin piedad esa nueva guarrada fascista.
El diputado cuyo partido político ganó las últimas elecciones le ha dicho la verdad en su misma cara a ese otro mentiroso compulsivo que habita la letrina putiférica en la que ha convertido su residencia oficial de la presidencia del gobierno de España. No es una guarrada lo expuesto sin ambages. Guarrada es la actividad ejercida y de la que se beneficiaron el Presidente del Gobierno y su amantísima esposa. La verdad escuece, pero eso ocurre siempre con la verdad.
Y a esa Moncloa puticlub España acuden los clientes catalanes de Puigdemont, Junqueras y Rufián, así como otros vascos asiduos de ese putiferio político, Aitor Esteban y Arnaldo Otegui, en busca del placer que se les oferta sito en Madrid y al que pagan con un “Sí, continúe otro ratito, hasta que se cure el escozor del coxis roto por nuestros votos, en la que volveremos para satisfacerle y corrernos de chorro gusto al satisfacernos”.
No es necesario ponernos a describir lo que sí son las auténticas guarradas perpetradas desde el Gobierno y sustentadas por el Psoe y Sumar, ya que resultan un insulto a la inteligencia y al sentido común de un país con cincuenta millones de habitantes que lleva dos años sin Presupuestos Generales del Estado y con los Reyes de España aceptando a su lado desde hace siete años las fotos con tremenda pareja de impresentables. Guarradas aceptadas. Y continúa España como puedas…