viernes. 31.10.2025

Okupas, fondos buitres… y otros cuentos de la España inmobiliaria

Ay, Ástrid. Qué bien suena eso de que “con la izquierda en el poder solo hay vivienda insegura”, como si los problemas de vivienda se resolvieran a golpe de titular y las llaves las tuviera solo la derecha.

Pero, cariño, la realidad no cabe en un eslogan, aunque algunos la quieran empaquetar así.

Fondos “amigos” y memoria selectiva

Primero, hablemos de memoria. Porque cuando mencionas la “inseguridad” de la vivienda, parece que se te olvida que los fondos buitres aterrizaron en España bajo gobiernos de los tuyos.

Aquellos años dorados de Aznar y Botella, cuando se vendieron miles de viviendas públicas a precio de saldo a fondos internacionales con más hambre que escrúpulos. Los mismos que convirtieron el derecho a techo en un negocio financiero. Eso también generó inseguridad, Ástrid. Pero, claro, en aquella época no se llamaba especulación: se llamaba “liberalización del mercado”.

Competencias de vivienda: lo que no se dice en los mítines

Te recuerdo algo básico: la vivienda es competencia de las Comunidades Autónomas. No del Gobierno central, no del partido de enfrente. Y en las Islas Canarias, bajo ejecutivos de distintos colores, nunca se ha declarado una sola zona tensionada, a pesar de que los alquileres suben más rápido que el precio de un café en una terraza turística. En lugares como Lanzarote, donde la masificación turística ha desplazado a cientos de residentes, ni una sola medida estructural. Mucho discurso, poca acción.

Declarar zonas tensionadas no sería un fracaso ideológico, sería un acto de responsabilidad.

Pero parece que aquí sigue pesando más el miedo a incomodar al negocio turístico que el compromiso con el vecino que ya no puede pagar su alquiler.

Viviendas públicas: el pacto que algunos olvidan

Y ya que hablas de “inseguridad”, te refresco la memoria: las viviendas públicas que se están construyendo ahora nacieron gracias al Pacto de las Flores, no de tu partido. De hecho, casi tu querido alcalde del PP quiso entregarlas a promotoras privadas para que las gestionaran, como si el dinero público fuera un regalo de cumpleaños.

Pero no, el proyecto de vivienda pública que hoy avanza en Canarias nació de un pacto progresista que entendió que la vivienda es un derecho, no un negocio. Y eso, querida, también es seguridad. Seguridad social, económica y humana.

Masificación turística y el falso enemigo

Mientras tanto, seguimos escuchando el cuento de “los okupas”, como si fueran ellos el principal problema.

El verdadero okupa en las Islas Canarias no vive en un piso abandonado: ocupa el mercado inmobiliario entero, bajo forma de turismo desbordado y alquiler vacacional sin control. Ahí está la raíz del problema, pero ese debate no da votos fáciles. Así que se prefiere el discurso del miedo al pobre antes que el coraje de enfrentarse al poderoso.

Conclusión: menos teatro y más políticas reales

La vivienda no se protege con pancartas ni tertulias, sino con políticas valientes y coherentes. Hablar de inseguridad habitacional mientras se bendicen fondos buitres, se rechaza declarar zonas tensionadas y se intenta privatizar vivienda pública… eso sí que es inseguridad.

Porque cuando los vecinos no pueden vivir donde nacieron y los jóvenes emigran por no poder pagar un alquiler, lo que falla no es el color político: falla la vergüenza.
 

Okupas, fondos buitres… y otros cuentos de la España inmobiliaria