viernes. 29.03.2024

Patxi, que gane el mejor

En la vida hay cosas trascendentales y otras que ayudan a ser felices. Entre las segundas, la amistad, unas cañas o el fútbol, y sino que se lo pregunten a los aficionados de la Real Sociedad y el Athletic Club de Bilbao, generando endorfinas sólo de pensar en la gran final de copa que deben disputar .

Tras más de cien ediciones del torneo del K.O., como coloquialmente se conoce a la  “Copadesumajestadelrey”- ya lo dije -, el título se decidirá en un derbi vasco.

Un partido histórico para dos equipos con solera. Uno, con 24 trofeos y desde 1984 sin tocar metal, demasiado tiempo para un Athletic rey de copas hasta hace poco; otro, con dos entorchados en sus vitrinas, el último en 1987, cuando se oía por el viejo Atocha “no pasa nada tenemos a Arconada”, pues han pasado treinta y tres años.

Histórico sí, por infrecuente un euskal derbia en la finalísima, emulando por fin, el más habitual derbi madrileño en las finales coperas. Y esperado, ante la posibilidad de asistir a un nuevo paseo de la “Gabarra” por la ría de Bilbao, guardada desde el doblete del 84; o ver a los realistas paseando el trofeo por la Parte Vieja de Donostia con su tradicional “txuri urdin txuri urdin maitea”.

Tanto apetece vivirlo, que lo volvería a aplazar hasta que las hinchadas puedan acompañar a sus equipos. Pues leones y donostiarras, por una copa, no se ven todos los días, al margen de los txakolis que puedan compartir en los derbis ligueros estas dos aficiones amigas.

Únicas más bien desde Santurce a Bilbao, de Anoeta al nuevo San Mamés, desde La Concha al Jablillo, que ni Teguise permanecerá ajeno al evento, con los Mikel, Amadas, Iñakis y Lauras que forman parte de nuestro municipio, para fortuna de todos.

Lo saben bien en la Txapela, en Costa, donde luce la zamarra rojiblanca que tan bien sienta a Munían, William o Raúl García, y sudaron Zarra, Iribar o, el recién retirado, Aduriz. Todos jugadores de raza, de los que imprimen carácter a un equipo, más a su athletic.

De suerte, que en la otra orilla no lo pondrán fácil   Oyarzabal, Merino y el canario más internacional, David Silva. Dispuestos a emular a históricos como Bakero, Beguiristain o Ufarte, últimos en levantar una copa anhelada igualmente por el míster Alexis Noda, txuri urdin de siempre y que hasta un “tenderete virtual” organizará de ganar su Real.

Pues esta final también se jugará en Lanzarote, donde más de una ikurriña asomará a medida que se acerque - con permiso de la pandemia - el día del partido.

Serán las ganas, que ya escucho por la isla “gora erreala, aúpa athletic”, y a Patxi en Costa Teguise diciendo que gane el mejor (“irabaz dezala onena”). Que así sea. 

Patxi, que gane el mejor
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