El sector primario se derrumba y con él nuestra historia

Tengo 17 años y un sueño: montar una granja en Lanzarote y dedicarme al campo. Pero lo que debería ser un camino lleno de ilusión se ha convertido en un recorrido interminable por las instituciones, donde nadie me ha sabido dar una respuesta clara.

Llamé al Cabildo de Lanzarote y me mandaron a la Granja Agrícola. De la Granja Agrícola me remitieron al Ayuntamiento de Teguise. Del Ayuntamiento de Teguise al Complejo Agroindustrial. Y del Complejo Agroindustrial, otra vez de vuelta al Ayuntamiento. Así, una y otra vez.

Tengo que decir que en todos los sitios me trataron con respeto, pero en todos escuché lo mismo: “esto no es competencia nuestra, vaya usted a …”.

Mientras tanto, los políticos llenan titulares diciendo que apoyan a los jóvenes, que apuestan por el relevo generacional en el campo, que hay que impulsar el sector primario. Pero cuando un joven como yo da el paso y pide orientación, lo único que encuentra es burocracia, falta de información y un vacío enorme.

El sector primario en Canarias –la agricultura, la ganadería y la pesca– lleva años en retroceso. En Lanzarote vemos cada vez más tierras abandonadas y un futuro incierto para la pesca. Pero lo que más duele es que quienes queremos mantener vivas esas tradiciones y apostar por ellas no encontramos apoyo real.

Nos dicen que hay que mirar al futuro, ¿pero qué futuro tenemos si dejamos morir el campo y el mar? Si un joven de 17 años, con ilusiones de seguir estudiando y a la vez seguir los pasos de sus ancestros, solo recibe trámites y excusas, el mensaje es claro: no hay sitio para nosotros en nuestra propia tierra.

Yo no quiero vivir del recuerdo de mis abuelos, quiero rescatar lo que nos enseñaron: el esfuerzo, el amor por la tierra y el valor de lo que somos. Pero para hacerlo necesitamos más que discursos bonitos: necesitamos información clara, apoyo real y acompañamiento.

Si olvidamos el sector primario, no solo perdemos trabajo: perdemos nuestra identidad. Y yo no quiero que Lanzarote sea una isla sin raíces.