1. En los últimos días, la figura de Pedro Sánchez ha estado en el centro de un auténtico huracán mediático. Editoriales demoledores, críticas en la prensa internacional y nuevas revelaciones sobre casos de corrupción cercanos a su entorno político han encendido todas las alarmas. Pero, pese a todo, el presidente del Gobierno español ha dejado claro que no piensa dimitir. Al menos, por ahora.
2. El prestigioso semanario británico The Economist ha dado un paso más allá: en un editorial publicado el 31 de julio, pidió abiertamente la dimisión de Sánchez, alegando que la acumulación de escándalos -incluidos los que salpican a su esposa, a su hermano, y a antiguos colaboradores como José Luis Ábalos y Santos Cerdán- ha deteriorado gravemente la confianza democrática en España.
3. Otros medios internacionales, como The Times, The Guardian y BBC, también han abordado con severidad la situación política en el país. La mayoría coinciden en que la crisis de imagen del Gobierno ha cruzado las fronteras y pone en entredicho su estabilidad.
4. El presidente ha respondido con firmeza: no dimite. En lugar de eso, ha pedido disculpas al PSOE por los casos que afectan al partido, ha propuesto un plan anticorrupción de 15 medidas y ha anunciado auditorías externas. Todo para demostrar que se toma la situación en serio, pero sin ceder a las presiones internas ni externas.
5.Tampoco contempla convocar elecciones anticipadas. Para él, lo importante ahora es “gobernar con más fuerza”, reforzar la “limpieza democrática” y seguir adelante con su agenda de gobierno.
6. Por ahora, sí. Sus socios parlamentarios -como Sumar, ERC y PNV- lo respaldan, aunque advierten que futuras revelaciones podrían hacerles cambiar de postura. Incluso dentro del PSOE hay voces que empiezan a mostrar incomodidad. Figuras históricas como Felipe González ya han sugerido la necesidad de un relevo o de ir a las urnas.
7. No obstante, lo cierto es que Sánchez conserva la mayoría suficiente para mantenerse en Moncloa… por el momento.
8. Aunque medios estadounidenses como The New York Times o Reuters han informado ampliamente sobre la crisis política en España, no han llegado -al menos por ahora- a exigir la dimisión del presidente. Sí reflejan una creciente inquietud por la situación institucional y por la imagen internacional del país.
9. Hoy por hoy, no hay indicios claros de que Sánchez esté dispuesto a marcharse. Más bien todo lo contrario. Está decidido a aguantar, a resistir las críticas y a encarar la tormenta con su conocida estrategia: apelar al relato, culpar a la “máquina del fango” y presentarse como víctima de una ofensiva conservadora.
10. Pero la presión crece. Y si nuevas revelaciones sacuden aún más los cimientos del Gobierno, la pregunta ya no será “¿dimitirá?”, sino “¿podrá resistir mucho más?”