Del género urtica, la pringamosa, como se llama popularmente a la ortiga en algunos países de Latinoamérica, es una planta arbustiva, que, con las debidas reservas científicas, tiene propiedades curativas y es utilizada para regular los niveles de azúcar en sangre o la presión arterial.
No obstante, más allá de los beneficios de este remedio casero empleando sus hojas secas como bebida de infusión, desde niño escuché la recurrente frase de “limpia con pringamosa”, refiriéndose el lenguaje de calle al escozor que producen sus hojas llenas de “pelitos” al rozar con la piel, estableciendo un símil con la vida cotidiana cuando alguien se lleva un fuerte correctivo o revés, en el deporte, estudio, trabajo u otro escenario del día a día.
Limpia con pringamosa fue la que se llevó la izquierda española, dividida hasta las trancas, a manos de la derecha y la derecha ultra en las elecciones autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo, así que no es de extrañar que el presidente Pedro Sánchez (PSOE) no tardara en anticipar para el 23 de julio las elecciones generales que debían realizarse a fin de año en un intento desesperado de movilizar – reaccionar a la militancia socialista y evitar el ascenso, peligroso, de la derecha ultra, Vox, y la mayoría absoluta de su aliado natural, el PP, presidido por Alberto Núñez Feijóo.
El líder nacional del PP celebró la victoria del 28M diciendo que a la vista de este “tsunami” todo pareciera indicar que España tendría a partir del 23J un nuevo gobierno de derecha presidido por él, aunque hay territorios como Lanzarote, todo hay que decirlo, donde el tsunami del PP se quedó en olita.
No ganaron en ningún municipio, ni siquiera en la capital Arrecife donde ostentaron la Alcaldía durante toda la legislatura, tampoco en el Cabildo, la Primera Corporación insular, así que está visto que el arrastre nacional es claramente insuficiente, al menos en Lanzarote y el conjunto de Canarias.
Ya otra cosa es la política de pactos y cómo quedarán conformados los gobiernos en consecuencia de los mismos en aquellas corporaciones donde los resultados electorales no hayan arrojado mayorías absolutas, como sí las tienen aseguradas tres de los siete municipios lanzaroteños, Yaiza con el partido municipalista Unidos por Yaiza, San Bartolomé con el PSOE, y Tinajo con Coalición Canaria.
Mira que han pasado años de vida democrática y los políticos no aprenden, sobre todo los predicadores de dudosa capacidad y políticos de charcutería, en mi glosario particular, los (as) que solo están pendientes del número que les toca en la lista cuando su partido presenta candidatura. Y hay quienes se atreven a vaticinar resultados con expectativas muy por encima de sus posibilidades reales, sin conocimiento de causa, inflando el globo sin tener estudios demoscópicos y sociológicos, que incluso también fallan.
“No hay que ensillar el caballo antes de tenerlo”, apunta otro refrán popular, que luego el desengaño es mucho peor, eminentes políticos. Y mientras ensillan el caballo en su fantasía se olvidan que lo que realmente nos interesa es la buena salud de la educación, la sanidad, el bienestar social y la economía, no la satisfacción de sus egos y mucho menos la de sus intereses.
No estoy autorizado para recomendarles la infusión de pringamosa, eminentes políticos, porque que yo sepa no estimula el sentido común ni la formación. Decía uno de mis profes de bachillerato que no pensáramos que el conocimiento entraba por ósmosis, que había que prepararse y estudiar.