domingo. 11.05.2025

Antonia Cabrera Santana, la joven quemada, junto con su hija de 8 años, presuntamente por su novio.

AGENCIAS

Enrique R.C., de 42 años, el hombre que fue detenido en el aeropuerto de Gran Canaria el pasado sábado cuando trataba de huir hacia Colombia acusado de rociar con disolvente a su pareja sentimental en el municipio de Ingenio, trató de manipular el día después de los hechos la bombona de butano para dar credibilidad a su versión de que ella se quemó en la cocina.

La niña de 8 años a la que presuntamente quemó junto a su madre el novio de ésta en Gran Canaria acusó este lunes de haberles prendido fuego al hombre con el que convivían, que permanece recluido en la Prisión del Salto del Negro tras intentar volar rumbo a Colombia después del suceso.

Las declaraciones de la menor se produjeron en el transcurso de una revisión médica a que fue sometida esta mañana en el Hospital Materno Infantil de la isla, donde está ingresada tras los hechos, que sucedieron el martes y no el jueves como se informó ayer, según explicó el abogado Ismael Rodríguez, portavoz de la familia de su madre, Antonia Cabrera Santana.

Una mujer de 30 años que fue evacuada el viernes a la Unidad de Quemados del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, en cuya Unidad de Cuidados Intensivos permanece sin que los médicos se atrevan a pronosticar si superará el estado crítico en que se encuentra, al haber sufrido en el 80 por ciento de su cuerpo quemaduras que le afectaron varios órganos vitales, destacó Rodríguez.

Conforme a su relato, la hija, que, según confirmaron fuentes del Hospital Materno Infantil, estará aún ingresada por tiempo indefinido al presentar lesiones de pronóstico reservado pese a que está estable, declaró que quien quemó a ambas fue el compañero de su madre, Enrique José Ramírez Cruz, de 42 años, que dijo que las heridas se debieron a una explosión de gas fortuita.

Una versión que ya presumían que era falsa familiares y amigas de la mujer a quienes ésta había confesado que recibía amenazas de su novio y el Juzgado de Violencia de Género de Telde, que investiga el caso y ordenó la busca y captura del hombre, así como su posterior ingreso en prisión.

Al acusar a Ramírez, la niña aseguró, además, que no había narrado lo ocurrido anteriormente porque había amenazado con matarla si hablaba, y que se atrevió a hacerlo hoy porque su abuela le comunicó que estaba en la cárcel y no podría volver a hacerle daño, destacó Ismael Rodríguez.

El abogado de la familia, que mañana se personará en su nombre como acusación particular contra el ahora detenido, matizó que "la niña, como menor, igual no sirve como testigo en el juicio, pero sí hay que reconocer que sus palabras son significativas".

Apuntó, además, que la agresión pudo no ser resultado de un momento de ofuscación, como se barajó inicialmente, sino una acción "premeditada y con alevosía".

Respaldan esa tesis, que convertiría la acción del detenido en, "al menos, dos asesinatos frustrados", hechos como que Enrique José Ramírez repintó toda la cocina donde declaró se había producido la supuesta explosión de gas o que trató de huir comprando pasaje para Colombia cuando se ordenó su busca y captura, que dio como resultado su detención, ya en el aeropuerto, el pasado sábado, argumentó.

Añadió que, así mismo, se ha conocido que el hombre envió esta semana a unos conocidos a casa de la madre de Antonia preguntando por su paradero y con el mensaje de que había abandonado el hogar donde convivía con él, historia que también relató en persona a varias amigas de ella el miércoles, tras los hechos.

"Todo ello después de que el martes había llevado a madre y niña en su coche al hospital, donde las dejó sin documentación y sin haber avisado a su familia, a los bomberos o a la policía, como habría hecho cualquiera si realmente se hubiera producido una explosión de gas", recalcó.

La niña de 8 años quemada acusa al novio de su madre de agredir a ambas
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