El autor del supuesto intento de secuestro de una menor en La Garita el pasado 4 de enero, Marcos J.R.C., podrá aislarse del resto de presos de la cárcel de Salto del Negro cuando abandone el módulo de ingresos en el que aún se encuentra recluído una semana después de su entrada en prisión, según ha sabido ACN Press de fuentes penitenciarias.
El presunto secuestrador de la niña de La Garita, Sandra D. podrá acogerse al artículo 75.2 del régimen penitenciario conocido como “refugiado” consistente en un aislamiento de 22 horas en una celda y disfrute de dos horas de patio en soledad.
Con este sistema, que puede ser solicitado por el reo o marcado por el director de la prisión, se evita que el preso pueda tener conflictos con otros compañeros, que suelen ser reacios a la convivencia con reclusos que han cometido presuntos delitos de abusos sexuales. En la prisión de Salto del Negro ya existe el precedente del conocido como ‘violador de Tafira' que permaneció durante todo su ingreso preventivo bajo el artículo 75.2.
En la Península, la mayoría de los presos que han cometido este tipo de delitos se acogen a esta fórmula, pero en la prisión grancanaria no es habitual porque la animadversión que el resto de los internos tienen por los presuntos violadores no es tan acentuada, tal y como explicaron a ACN Press fuentes de la prisión provincial.
Marcos R. continúa aún en el módulo de ingresos y se le está aplicando el protocolo antisuicidio para evitar que atente contra su integridad física, y por ello trabajadores sociales y psicólogos trabajan con él a diario, tal y como ocurre con otros muchos presos de la prisión.
Su permanencia en el módulo de ingresos permite también un control más exhaustivo pues quienes están recluidos en este lugar, sólo salen al patio entre las 9.00 y las 13.00 horas, y las 16.00 a las 18.30 horas. Tal y como ACN Press ha podido conocer, en este módulo permanece con otros 40 compañeros, un hecho que no debería tener lugar, pues en ingresos, el número de reclusos tiene ser menor para establecer un control más riguroso, pero en Salto del Negro la saturación de internos ha obligado a Marcos R. a compartir con casi medio centenar de presos su primera semana de encierro.
