ACN
El acusado de matar a un joven y herir a otro durante los Carnavales de Maspalomas el pasado 2005, declaró hoy en la Audiencia de Las Palmas durante la celebración del juicio oral, que actuó en defensa propia con una pequeña navaja multiusos que llevaba en el llavero porque agredieron a una prima suya.
Alexander P. O., acusado de un delito de homicidio y otro en grado de tentativa, relató ayer al tribunal de la Audiencia de Las Palmas que él sólo se defendió cuando un grupo de cuatro personas comenzaron a pegarle y sacaron un cuchillo, tras haber intentado hacer caer al suelo y “tocarle los senos” a su prima de 14 años, que se encontraba ebria mientras bailaba en los Carnavales de Maspalomas.
El joven se encontraba al centro comercial Yumbo con sus familiares para la celebración de las carnestolendas, momento en el que su prima Evelyn se fue a bailar lejos de él y le requirieron para que la apartase de un grupo, entre los que se encontraba José Guillermo G. B. y Oliver C.M., quienes según el imputado, estaban molestándola.
Relató que lo empujaron, lo cogieron del cuello y comenzaron a pegarle hasta que el fallecido sacó un cuchillo. Fue este el momento en el que se vio obligado a sacar la navaja multiusos de 5 centímetros que utilizaba de abridor de botellas para amedrentarlo: “Le pinché, pero no fui consciente de ello porque estaba bebido”.
Corrió hasta su casa, preparó la maleta y llamó a su tío Nelson para contarle lo sucedido: “He matado a un chico y me voy a Madrid”. Fue en el interior del avión, en el aeropuerto de Barajas cuando lo detuvo la Policía.
Tanto la novia del acusado como la prima de éste, se contradijeron en sus declaraciones respecto a las que habían ofrecido a la policía y en el juzgado de guardia, hecho que hizo constar el Ministerio Fiscal.
Por su parte, Oliver C. M., herido de una puñalada en la espalda y el resto de su grupo de amigos niegan los acontecimientos relatados por el acusado y sus familiares.
Los peritos forenses explicaron que el fallecido sufrió dos heridas, una de ellas junto a la clavícula izquierda de nueve centímetros de profundidad que afectó a vasos sanguíneos y los bronquios, y posteriormente causó su muerte. Los expertos consideran la imposibilidad de que con una navaja tan pequeña como la que el acusado advierte que poseía, pudiese causar una herida tan profunda.
El joven que se sentó hoy en el banquillo se enfrenta a una pena de 21 años por los dos delitos que se le imputan y al pago de una indemnización de 8.960 euros.