Para gustos colores y para certezas opiniones. Habrá gente que creerá que el mejor coso de Carnaval se celebra en Arrecife, seguramente que por la cantidad de gente que participa dentro y fuera del recorrido; otros dirán que Fariones; algunos defenderán que Tinajo, que de donde salen más carrozas... Sin embargo, sin riesgo a equívoco el coso de Costa Teguise seguramente será "el mejor" para la mayoría de la gente a la que se pregunta, porque reúne características que otros no tienen.
Este sábado, más o menos puntuales y llegando casi a las seis de la tarde, miles de personas participaron en una celebración alegre y dinámica que recorrió la anchísima y recta avenida que se utiliza todos los años para el desarrollo de una actividad que concentra a gente de la Isla y a unos cuantos miles de turistas que terminan ciertamente sorprendidos del tremendo espectáculo que se ofrece.
Murgas, comparsas, carrozas, grupos de disfraces, disfraces individuales... No se echó en falta nada durante las horas que duró el recorrido, que empezó de día con un sol de justicia que acompañó la fortuna de los organizadores, el Ayuntamiento de Teguise, y que terminó de noche.
De hecho, el tiempo fue un tremendo aliado para que la gente se animara. Después de unas cuantas jornadas de lluvia, con un día en el que de vez en cuando caía alguna gota del generoso cielo de este invierno lanzaroteño, parecía que la cosa se podía complicar. No fue así, ni mucho menos. Sol, nada de viento y temperatura agradable para hacer que todo saliera bien.
Y salió, sin duda. El recorrido, con un enorme dispositivo de seguridad dispuesto y un concejal de la Policía, Ginés González, permanentemente encima para que todo fuera bien, transcurrió sin apenas incidentes. Un par de lógicos problemas de alguna carroza cuando trataba de subir alguna cuesta, que algunas están viejitas, y poco más.
La gente se lo pasó en grande y todo fue divertido y colorido. Es increíble observar las ganas que le pone la gente, cómo las comparsas no paran de bailar durante minutos y minutos a pesar del dolor de pies que deben llevar muchos de sus componentes por el tipo de calzado que usan, cómo las batucadas, unas cuantas y todas buenas, se esfuerzan por hacer que el recorrido tenga ritmo y sonido.
Las batucadas fueron protagonistas del final de la historia. Cuando todo terminó, cuando parecía que la gente se iba a ir en la mayoría para dejar a los más fiesteros, alguna se encargó de animar incluso a los extranjeros que estaban en el Pueblo Marinero y a los no tan extranjeros. Música, ritmo y color para una noche que se prolongó hasta tarde con la verbena en la que también participó un montón de gente, los más jóvenes y los no tan jóvenes, con música en directo y con la música que mueve a las masas de menos años en la actuallidad.
