viernes. 19.04.2024

Aunque cualquiera habría pensado que el primer día de salida oficial de los niños después de más de un mes de confinamiento se iba a producir como una estampida, lo cierto es que no ha sido así. De hecho, salvo en algunos puntos muy concretos de la Isla como zonas de Playa Honda, de Playa Blanca o de Arrecife, la mayoría de los municipios han vivido una jornada notablemente tranquila. Con notable respeto a las normas, se ha podido ver a algunos progenitores con sus hijos con bicis y patinetas, pocos balones y ganas eso sí de estirar las piernas y de tomar el sol. Pero nulas aglomeraciones y contactos de unos con otros. Eso por lo que respecta a Lanzarote. En la Península, sin embargo, ha habido lugares en los que la gente ni ha respetado ni parecía entender que había que respetar la distancia prudente que puede evitar el contagio del coronavirus. Las imágenes se han hecho virales y se han difundido rápidamente tanto por redes sociales como por informativos.

De hecho, a pesar de que las autoridades han sido más flexibles en la primera jornada, en la Península se han detectado todo tipo de infracciones, las que tienen que ver con el no respeto de las distancia del metro y medio obligatoria y el de que madres y padres hayan salido juntos con los niños. A partir de este lunes, la instrucción es que no se sea tan permisivos con este tipo de cuestiones.

En Lanzarote este domingo ha sucedido algo similar en cuanto a la ligereza con la que se ha exigido el cumplimiento de las normas. Como ya pasó en los primeros días de confinamiento, tanto las policías locales como la Guardia Civil y la Policía Nacional se han mostrado menos duros a la hora de exigir que se cumpla con lo que ha determinado para esta primera salida el Gobierno central. También es cierto que al no haber grandes aglomeraciones tampoco se han producido tantos incidentes como en el resto del territorio nacional.

El relato

Desde las 9 de la mañana y hasta las 9 de la noche, los niños de entre 0 y 13 años pueden salir de su confinamiento estricto con un paseo de una hora al día, en un radio de un kilómetro desde su domicilio y acompañados de un adulto que conviva con ellos. Muchos de los casi seis millones de menores a los que afecta la medida han podido ya disfrutar de ello, en un día que ha servido para desfogar la energía acumulada tanto de hijos como de padres, en un ensayo general para lo que vendrá en las próximas jornadas.

Amaya y Olivia «echaban de menos respirar aire», cuentan, y han estado planeando desde hace días cómo sería la salida. «La mayor quería salir con los patines, pero necesita mi ayuda y quería estar pendiente también de la pequeña, así que al final hemos elegido algo que pudieran llevar ellas solas», dos patinetes, cuenta su madre, Silvia. Para ella también es la primera salida, ya que su marido es quien se ha encargado de los recados de la casa desde que se decretara el estado de alarma. Ahora ella dará el paseo diario con las pequeñas, aunque le cederá el privilegio en fin de semana a su marido.

Por ahora han salido sin mascarillas, a Silvia le ha sido imposible encontrar infantiles. Pero todas conocen bien las normas. También Irene, de 8 años. «No tocar nada, no acercarme a nadie y no quitarme la mascarilla», recita la joven, que va acompañada de su padre y sus dos hermanas mayores. «Me apetecía ver la calle», reconoce. La familia paseaba a las 11 de la mañana, sin rumbo fijo, buscando arbolado y poca gente. Por ahora, sin juguete. «Hoy al ser el primer día sales un poco estresado», dice su padre, Carlos. Este primer día es un ensayo.

Los dos padres

Lo mismo ha ocurrido con Antonio y Alba, de 9 y 7 años, custodiados por su padre Daniel. «Hoy queríamos ver cómo era, antes de bajar juguetes», explica el progenitor, que utiliza el paseo para hacer una pequeña compra. Aunque la mayoría de familias cumple las normas, en Ciudad Lineal también se ven padres que han aprovechado el paseo en bici de sus hijos para enfundarse la ropa de deporte y correr. Y otros, familias con al menos dos hijos, que pasean separados por unos metros, de dos en dos. El padre con un hijo, y la madre con otro. «Una hora de paseo no creo que la completemos, no hay mucho que hacer con los parques cerrados», dice Mónica, que va en cabeza de su propia procesión, acompañando a su hijo Marcos, de 11 años. Por detrás va su marido con el segundo vástago. «No hemos bajado ningún tipo de documentación, pero vamos, si nos la piden nos acercamos a casa, está cerca», reflexiona.

José y una de sus hijas

En Almansa (Albacete), una pequeña ciudad con poco más de 24.000 habitantes, la euforia de los niños se ha contenido hasta más tarde de las 12 de la mañana, ya que hasta esa hora seguían activas las tareas de desinfección de las calles. Aun así, una pareja de madre e hija madrugadoras ha decidido salir a las 10.30 para «andar un poco». La pequeña, de 10 años, «se ha levantado deseando y se ha puesto la ropa corriendo para ir a la calle». Otra familia almanseña ha aprovechado su paseo para llevar algo de comida a sus abuelos. «Va mi mujer con mi hija mayor detrás y yo voy con la menor, de 9 años, delante», declara José. «Teníamos ganas de estirar las piernas y de esta manera -dice- podemos hacerlo todos, aunque solo sean unos pocos metros».

La hora punta ha llegado a las 12, cuando los tractores que desinfectan las calles han sido sustituidos por patinetes, bicis y niños que han aprovechado los 19 grados que marcaba esta mañana el termómetro para dar sus primeros pasos en libertad después de 42 días. De no ser por la temperatura, «la de hoy parecería una mañana de reyes», señalan algunos vecinos.

El primer día de salida de los niños se ha vivido con mucha intensidad en algunas zonas...
Comentarios