viernes. 29.03.2024

Las playas de la Isla se han adelantado al fin del estado de alarma. Es lo que se ha podido ver este fin de semana a lo largo y ancho de la geografía insular. Playas, sobre todo las más populares, llenas de gente que está claro que tenía ganas de hacer como que no hemos sufrido la peor crisis sanitaria de la historia reciente y que tenía ganas sobre todo de darle la bienvenida al verano aprovechando el buen tiempo y la sorprendente buena temperatura del agua. 

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El Consorcio de Seguridad y Emergencias del Cabildo se ha molestado estos días en hacer un barrido por las diferentes zonas para contabilizar, persona arriba persona abajo, al personal que acudía a cada lugar. En el recuento de este domingo Playa Dorada, en Playa Blanca, ha resultado ganadora de largo, después de que hayan contabilizado unas 585 personas que han estado disfrutando del magnífico día en un lugar donde además ha funcionado su sensacional chiringuito como si la zona estuviera plagada de turistas. Desgraciadamente no es así, toda la gente que ha llenado la playa era residente. En la Playa del pueblo de Playa Blanca ha habido 95 personas de media según el Consorcio y en Flamingo 83.

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En el municipio de Tías, la otra zona con mayor afluencia, las playas de Puerto del Carmen han tenido momentos de notable afluencia. Sobre las tres de la tarde el Consorcio ha contabilizado que en Playa Grande había unas 400 personas, 220 en Playa Chica, 200 en Los Pocillos y 140 en Matagorda. 

En Guacimeta, en San Bartolomé, se han llegado a contabilizar unas 250 personas, mientras que en El Reducto se terminaba el servicio sobre las seis de la tarde contando en ese momento a un total de 140 personas, que no refleja desde luego el personal que ha habido a lo largo del día en la principal playa de Arrecife. 

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Como muestran algunas imágenes tomadas este domingo por este diario, en las zonas de playa no se veía a nadie con mascarilla. Parecía como que era un instante en el que la gente elige relejarse después de tanto estrés y de tanta norma. Tampoco se ha visto demasiado el distanciamiento social, todo el mundo parecía que tenía ganas de hablar con todo el mundo. Lo que sí que se ha visto son zonas acotadas, como la de las hamacas, y lugares en los que no se podía estar por precintos que recordaban a los ciudadanos de esta parte privilegiada del mundo que el problema del coronavirus no ha terminado. 

Las playas de la Isla, llenas de residentes ajenos a la pandemia
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