lunes. 05.05.2025

Aunque es una tradición anglosajona, ajena en teoría a la cultura española y canaria, lo cierto es que la celebración de la noche de Halloween se ha consolidado ya como una fiesta en la que cada año participan más niños en la Isla. Raro es el pueblo, grande o pequeño, turístico o residencial, en el que no se ve cada noche del 31 de octubre a muchos pequeños llamando a las puertas de las casas para soltar el conocido “truco o trato” con el que en el mayoría de los casos reciben un buen puñado de caramelos.

Este año este diario ha compartido la noche con un par de madres en uno de los pueblos más pequeños de la Isla, Muñique, en el municipio de Teguise. Allí también ha llegado el halloween. Las ganas y el esfuerzo de estas dos madres para acompañar a sus hijos en la fría noche era directamente proporcional a la ilusión con la que el grupo de niños se disfrazó para dar miedo y para acudir a las casas de sus vecinos en busca del ansiado botín.

Los niños disfrutaron de lo lindo, y las madres también. El esfuerzo mereció la pena. La mayoría de los vecinos, a los que han querido dar las gracias a través de este pequeño reportaje, les recibió con la simpatía que la noche de difuntos merece y con los obsequios previstos para la ocasión. Al final cada niño del grupo, cerca de la decena, se llevó media bolsa de chuches, lo que no está mal para uno de los pagos menos habitados de Lanzarote.

Era la primera vez que lo hacían, pero está claro que piensan repetir. “No sabíamos cómo iba a salir la cosa, pero estamos muy contentas, y está claro que el próximo año repetimos”, comentó una de las madres. “Ya sabemos que no es una tradición canaria, pero eso no quiere decir que no se pueda coger aquello que es bueno y divertido, y esta fiesta lo es. Sólo hay que ver cómo se lo han pasado los niños”, comentó otra.

Así, un año más nuestra tradicional Noche de Difuntos se ha convertido en el Halloween, lo que no quiere decir que este viernes no amanezca siendo el Día de Todos los Santos y los cementerios de Lanzarote se llenen de personas y de flores, en un acto bonito pero que no es tan divertido como ese en el que los niños se van a dormir pensando en que han hecho una de las mayores trastadas del año.

La noche de Halloween se consolida como una tradición más de los niños de Lanzarote
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