María Ángeles Feo Arrocha tuvo a su hermana ingresada en la residencia Sol de Otoño durante unos diez meses en el año 2010 y aseguró en su intervención en el programa "Así son las cosas" de Crónicas Radio que cree que las imágenes podrían llegar a ser un "montaje" porque lo que ella vio cada vez que acudía a visitar a su familiar era todo lo contrario.
Destacó las carantoñas que el personal hacía a su hermana y la limpieza que siempre presentaban tanto los internos como las instalaciones. "Nunca olía a sucio y si tienen a las personas sin lavarlas, huele mal; allí olía a colonia", comentó.
Recuerda que su hermana jamás presentó una sola llaga y que las cuidadoras siempre estaban atentas de que los pacientes estuvieran limpios porque el director era muy estricto con estas cuestiones. "Una vez mi hermana se manchó cuando estaba merendando y vino Marlene a decirme que le cambiaba de ropa, que tuve que decirle que con una servilleta era suficiente", evoca.
También asevera que un fin de semana en el que estaba de visita, una de las internas se puso enferma y en un momento había allí un médico y un ATS que le atendieron. Es más, afirma que los responsables del centro llevaban puntualmente a sus internos al Hospital Insular y a las revisiones que les tocaran. Asegura que siempre dieron los medicamentos oportunos y nunca fármacos caducados.
Recuerda las lágrimas de una de las internas a la que tuvieron que sacar de la residencia porque su familia ya no podía seguir costeándola y que cada vez que preguntaba a los enfermos, todos mostraban su satisfacción por el trato recibido.
Se extraña María Ángeles de que una residencia privada que vive de sus pacientes se arriesgue a tenerlos desatendidos ya que son su fuente de ingresos. En su opinión, es normal que haya personas que se vayan muriendo "lo mismo que se mueren en el Hospital Insular".
Confiesa que está impaciente por ver las imágenes por saber si ha podido cambiar la dirección de la empresa, aunque cree que esto no ha sucedido.
