viernes. 02.05.2025

Alimentar con calabaza a las cabras no es algo muy habitual, pero el precio al que ahora mismo se compra esta verdura en el mercado es tan ridículo que es casi más rentable usarla como pienso animal o regalarla que intentar introducirla en el mercado. Esta es al

menos la conclusión a la que llegó Antonio Perdomo después de ver como terminaba saliendo más caro llevar el producto al mercado que venderla por los treinta céntimos el kilo que le ofrecían. Por eso, durante toda la tarde de ayer se dedicó a trasladar el producto desde su finca hasta un lugar cercano a sus cabras, para que al menos sirviese para alimentarlas.

El problema de este agricultor de Tinajo es que tiene que transportar las calabazas en un camión alquilado hasta los puntos

de venta en los que al llegar no le ofrecen más que treinta céntimos por kilo. Esta situación es insostenible “porque cuando luego ves el precio que le ponen en las estanterías de los supermercados te das cuenta de que están ganando muchísimo dinero a nuestra costa”, aseguró Perdomo.

Según su experiencia, el precio justo que se debería pagar por cada kilo de calabaza es de unos cincuenta céntimos

para que saliese rentable seguir cultivando. Al parecer el problema se deriva de la negativa de los comerciantes a comprar el producto por un precio mayor y al que muchos agricultores acceden a vender.

Un problema de oferta y demanda

Ya sea por necesidad o porque en algunos casos siguen sacando algo de beneficio, el que unos vendan aun precio tan bajo repercute en el trabajo de todos. Es el caso de Perdomo, que al no tener camión propio tiene que sumar a los gastos de cultivo y mano de obra los del transporte, lo que hace totalmente imposible que sea

rentable vender la calabaza a treinta céntimos el kilo.

Esto le ha llevado a tomar una determinación, y un poco por no desaprovechar su trabajo y también a modo de reivindicación, este agricultor de Tinajo decidió terminar con las existencias que aún no había regalado esparciéndolos por sus terrenos para que alimentasen a sus cabras.

Casi 4.000 kilos de calabaza ha tenido que desperdiciar este trabajador que durante todo el año cultiva en su finca la calabaza.

Todos sus vecinos y familiares ya tienen calabazas de la mejor calidad en casa pero aún así sobran miles que finalmente han tenido que ser usadas para alimentar a las cabras antes que se estropeasen almacenadas.

Los agricultores entienden que la situación que están viviendo es un abuso y se sienten indefensos ante las exigencias de los compradores, que les obligan a vender por precios muy por debajo de los reales. Además, insisten en que al consumidor también lo estafan porque el precio que marca después la calabaza en las estanterías es muy superior al que les han pagado a ellos.

Calabaza para las cabras
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