La Asociación Sindical Autónoma de Canarias (ASACA) ha denunciado este domingo a través de una nota de prensa la desigualdad que a su juicio se ha producido entre los aspirantes a auxiliar de enfermería del Servicio Canario de Saludo que han hecho sus exámenes en Lanzarote con respecto a los de otras islas, afirmando, tras lo ocurrido el sábado en Arrecife, que no descartan emprender acciones legales contra la Consejería de Sanidad.
"Este pasado sábado día 6 de Junio se celebró el examen de oposición para auxiliar
de enfermería del Servicio Canario de Salud en toda Canarias. En su Real Decreto-Ley
1/1999 de 8 de Enero recoge que las pruebas selectivas se ajustarán a los principios
constitucionales de Igualdad, Mérito y Capacidad. Desde ASACA Lanzarote queremos
denunciar públicamente que, sin embargo, ha existido una desigualdad clara si el examen
era realizado en la isla conejera o en el resto de islas canarias", comentan en su nota.
"Es sabido desde hace semanas que el lugar designado para el examen en
Lanzarote eran los Multicines Atlántida, hecho claramente diferencial con el resto de las
islas por su escasa iluminación, aireación y su disposición de butacas, sin presencia de
mesa. Sin embargo, desde la administración se indicó que se conseguiría subsanar estas
deficiencias para que los opositores tuvieran las mismas condiciones que en el resto de
Canarias", explican.
A pesar de la promesa del Gobierno canario, el sindicato asegura que no existía orden a la hora de la colocación en las diferentes butacas, cuando normalmente en cualquier oposición suelen entrar y colocarse según orden alfabético. "Sin embargo, esta vez, en un examen donde se juega no sólo un puesto de trabajo fijo
sino el futuro profesional como eventual, cada uno podía colocarse donde quisiera y junto
a quien quisiera, siempre y cuando entrara por la puerta que le había sido asignada", subrayan.
De igual modo, aseguran que el espacio entre butacas fue ínfimo, con lo cual para escribir sobre el
examen o cualquier movimiento que se hiciera con los brazos entorpecía al compañero
adyacente. Además, en la parte trasera había varias butacas vacías mientras en la
delantera se estaba llena de gente.
"A la hora del reparto de exámenes, puesto que no existe hueco para que el
encargado de ello pudiera entregarlo personalmente, éste se hizo que se los fueran pasando desde la
primera fila hasta la última, con el caos y el retraso que se ocasiona por ello, teniendo
muchas personas que reclamar su opción de examen pues la que le llegaba no era la que
tenía asignada", insisten.
En esta línea, afirman que la iluminación del cine es deficiente para una prueba de
estas características, por lo que se habilitaron focos adicionales para mejorar en este
aspecto. "Sin embargo, dicha instalación no se encendió hasta unos 10-15 minutos de
iniciada la prueba, y tras las protestas de los allí presentes. Además se produjo la rotura
de uno de los focos en una de las salas que no fue repuesto, por lo que los que estaban
directamente debajo de él no tenían las mismas condiciones que el resto y, sin embargo,
no fueron ubicados en otro lugar", argumentan.
Por si fuera poco, explican que cada vez que alguien se levantaba, ya fuera para acudir al servicio o
para salir del examen, los demás opositores colocados en su fila debían levantarse para
dejar paso. Con esto, a los que estaban en un extremo le interrumpían la realización de
su examen un mínimo de unas 15 veces. Si uno estaba en el interior de la fila y debía
realizar una consulta con alguno de los examinadores no podía hacerlo pues no había
hueco real para que éste llegara hasta su posición.
"Para paliar la inexistencia de mesas o similar en las butacas se
nos indicó que dispensarían de una tablilla a modo de apoyo para la realización de la
prueba. Pues bien, mientras en el resto de islas se disponía de una mesa adecuada para
el apoyo del examen, bolígrafo de repuesto, lápiz y goma, en Lanzarote se tenía una
tablilla apenas unos centímetros mayor a un dinA4. No había espacio para apoyo del
material, y para pasar los resultados del examen a la planilla se debía hacer malabares
pues, o se apoyaba el examen o se apoyaba la planilla. Además la tablilla debía ser
apoyada en las rodillas, conociendo que no es la altura ideal para la escritura, y siendo
además, la duración del examen de unas tres horas", aseveran visiblemente molestos.