El arte de la caza siempre ha estado muy presente en la sociedad lanzaroteña, antaño una de las principales actividades económicas de la Isla junto con la pesca. A pesar de que en la actualidad el número de licencias no es muy elevado y de que con el paso de los años se ha convertido más en un hobby o pasatiempo que en una forma de vida, esta práctica sigue gozando de un gran número de adeptos.
La Sociedad de Cazadores de Lanzarote, integrada por más de un centenar de batidores, organizó el pasado domingo en la trasera de la Sociedad, junto al campo de fútbol de San Bartolomé, la XIV Exposición del “podengo canario”, una muestra que reúne cada año a los mejores ejemplares de esta raza autóctona y que sirve como excusa para que los amantes al mundo de la caza pasen una jornada de convivencia y reunión.
En la muestra pudieron observarse ejemplares realmente esbeltos, que denotaban los numerosos cuidados y atenciones que sus dueños tienen hacia ellos. En este sentido, todos los cazadores presentes en el certamen condenaron las prácticas que se producen en otras partes del territorio nacional dónde se abandonan a los ejemplares una vez que envejecen y no sirven para la función para la cual los adquieren.
Los dueños de los mejores cachorros, jovenes y adultos, así como el mejor ejemplar de la exposición, recibieron su trofeo, mientras que a los canes no les faltó su sabroso hueso. Antonio Monzón Mayor, juez nacional, actuó como jurado.