La Unión para la Conservación de Costa Teguise (UCCT) recuerda a través de un comunicado enviado este martes a este diario a los posibles compradores de viviendas en Costa Teguise que exijan a los vendedores, al hacer la escritura de compra, sendos certificados del Ayuntamiento y de la propia Comunidad de Propietarios (U.CC.T.) que garanticen que se está al corriente en los pagos de impuestos y de cuotas de mantenimiento y tasas de basura.
En caso contrario, aseguran a través de un comunicado firmado por su presidente, José Ignacio Zarza, serán ellos, los nuevos propietarios, los que tengan que hacer frente a las deudas de los vendedores, en la parte proporcional que les corresponda.
La UCCT se refiere “especialmente a Algol” que es el principal promotor de Costa Teguise. “No tienen, en la mayor parte de los casos, licencia de construcción y construyen, según dicen, acogiéndose al silencio administrativo. No pagan los Impuestos de Bienes Inmuebles (IBIS) al Ayuntamiento ni están pagando a la comunidad de propietarios de la qué son una parte muy importante por el número de parcelas que poseen”. En definitiva, según la UCCT, “no pagan”. Este impago, argumentan, “está transmitiendo a los futuros compradores las deudas acumuladas propias y, en algún momento, las resoluciones judiciales caerán sobre Algol, o sobre quienes compren sus viviendas”.
Por otro lado, subrayan que las calles y zonas verdes de los alrededores de las parcelas de Algol están destrozadas y permanentemente sucias. Las casas que construyen parecen adosadas a vertederos públicos hasta el punto de que los costos de reparación supondrán una carga adicional importante para el comprador si, como parece, el vendedor dejara las cosas como están.
En el mismo orden de cosas, señalan que Costa Teguise parece, “otra vez, un cementerio de elefantes”. Hay parcelas que no pueden desarrollarse porque no se pueden obtener las licencias de obra; hay otras obras que tienen licencia municipal y que han sido paradas por el Cabildo por infringir las normas urbanísticas y, además, hay otras obras, las de Algol, que siguen avanzando sin ningún tipo de permiso.
